El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, dijo la noche del martes que como creyente durante este año hay que tener ojos para ver lo positivo.
“No todo en la historia es oscuro y doloroso, no todo es negro y desesperanzador, pero lastimosamente al final de este año hay muchas cosas que lamentar en la marcha del país, que esperamos que para 2016 puedan rectificarse”, sostuvo.
El jerarca religioso enumeró los temas que le preocupan al final de la eucaristía de Navidad.
“Actos de injusticia, pérdida inocentes de vida, represión violenta, irrespeto a los derechos humanos, falta de transparencia en el manejo de los recursos del Estado y el progresivo deterioro de la institucionalidad del país”, especificó en la iglesia Santiago de Jinotepe.
Báez lamentó la falta de comunicación de Ortega con el pueblo al recordar que el 21 de mayo de 2014 los obispos le dijeron que diera conferencias de prensa.
“Es importante que el pueblo participe en las decisiones que se toman a nivel gubernamental y que el presidente de la República dé la cara y sepa dialogar con su pueblo, esto es una cosa que yo he echado de menos”, dijo Báez.
ESTABILIDAD MACRO Y MALA DISTRIBUCIÓN DE RIQUEZA
Por otro lado enfatizó que la estabilidad económica en Nicaragua parece ser estable, pero que la distribución de la riqueza no se realiza de modo justo y que todavía en el país impera la pobreza, ya que hay mucho desempleo y muchas familias con dificultades con acceso a la salud y a la educación con calidad.
En relación con el tema de los más de ocho mil cubanos varados en Costa Rica, a los que el Gobierno de Nicaragua les impidió el paso, recordó que “los obispos de Centroamérica y el papa Francisco han dado la clave de interpretación, no habría que verlo como un hecho político, mucho (menos) como una agresión a la soberanía, sino como un drama humano”, expresó.
Dijo que los cubanos están saliendo de su país en busca de horizontes nuevos y que es cierto que esa situación es un problema complejo que tiene ribetes legales, políticos e ideológicos, pero que ante todo están las personas.
“Lo que el papa Francisco pidió es que realmente los gobiernos se empeñaran en encontrar una solución basada en la generosidad y en la sensibilidad humana, gracias a Dios se logró, con este corredor humanitario que se ha abierto, pero yo lamento que el Gobierno de Nicaragua no ha haya apoyado esta iniciativa”, señaló.
Báez manifestó estar seguro que esa posición del Gobierno no es la de la mayoría del pueblo de Nicaragua, porque los nicaragüenses son un pueblo hospitalario, generoso y que ha sufrido el exilio y sabe lo que es vivir fuera de su tierra.
“Gracias a Dios se logró esta solución y ojalá en el futuro las decisiones sean menos rígidas y con mayor sensibilidad humana”, recalcó el líder religioso.