Platos rotos
Una de las viejas tradiciones de fin de año en Dinamarca es romper platos. Como lo imaginará, lo hacen para que el siguiente año tengan buena suerte. Los platos rotos se quedan hasta la mañana siguiente en las puertas de los daneses.
Fundir metal
Una rara tradición en Finlandia, y en otros países europeos, es fundir un metal especial y dejarlo caer en agua fría. Después tratar de descifrar la imagen que este formó, pues es algo que pasará al siguiente año, según explica la BBC.
Bailar con un oso
Aunque suene gracioso, en Rumanía las personas se visten con un traje de oso y se ponen a bailar para espantar los espíritus malignos. Lo hacen así porque para ellos, según una vieja creencia rumana, los osos son seres especiales que protegen y sanan a las personas, señala la BBC.
Quemar un muñeco
No podíamos cerrar el listado sin mencionar la tradición en Nicaragua de quemar un muñeco al sonar la última campanada de fin de año. Esta costumbre también se realiza en Ecuador, Colombia y Venezuela, y significa que con el muñeco se está quemado una etapa para iniciar otra.
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Todo redondo
La ropa de fin año en Filipinas debe tener puntos. La comida y los platos también deben ser redondos. La razón se resume en una palabra: dinero. Según creencias de este país asiático, lo redondo representa las monedas y las riquezas.
Campanadas
Siguiendo una tradición budista, en Japón se suenan 108 campanadas para recibir el año nuevo. Esto se hace para calmar los “deseos mundanos” que según ellos poseen los humanos a lo largo de su vida. De acuerdo con esta creencia, el último campanazo indica que ya no hay que preocuparse por los problemas del año anterior y quienes suenan las campanas son 17 monjes.