El derecho a la educación muchas veces se confunde con la escolarización. Tener opciones permite incrementar la felicidad de las personas y la felicidad del ser humano es uno de los objetivos de los Derechos Humanos.
Mariana Ludmila Cortés, Fundadora de Edularity, emprendedora y educadora social, explica que los gobiernos deben de abrir la posibilidad para la desescolarización, para que las familias puedan tener una alternativa más para ejercer su derecho a la educación.
Cortés dice que en su caso a “echado mano” de grietas del sistema mexicano para lograr la desescolarización de sus hijas Exa de 22 y Pau de 18.
Remarca que el tema de la desescolarización se conoce poco porque “nunca nos hemos cuestionado una alternativa distinta”.
Mariana desescolarizó a su hija mayor porque tuvo un embarazo de alto riesgo. “Tuve que quedarme en casa, mi hija no pudo ir a preescolar y fue el primer momento en que dije, ve si ella no puede ir le voy a dar clases, a partir de ahí fue un investigar”, relata.
Aunque Exa regresó a la escuela, pronto ella y Paulina fueron desescolarizadas. “Lo que sucedió es que la escuela ya no llenaba las expectativas de lo que mis hijas necesitaban y lo que yo concebía como una educación para la vida hacia ellas”, indica.
Aprovechar las grietas legales
Para lograrlo, Mariana recurrió a ciertas grietas legales a través del Instituto Nacional para la Educación de Adultos (INEA) del Ministerio de Educación, con el programa 10-14, que permite que en ese rango de edad se estudie fuera de las aulas y se termine la primaria cumpliendo con 12 exámenes, para luego a los 15 iniciar la secundaria.
“Hay muchas tonalidades en una desescolarización, depende de las concepciones. Te permite acercar a los niños a sus talentos, intereses y a lo que su contexto les permite”, comenta Cortés.
Engranaje educativo no es suficiente
Entre las debilidades del sistema educativo que llevaron a la familia de Mariana a desescolarizarse es que el “engranaje” no es lo suficientemente rápido para ir generando los cambios, como lo hace la tecnología. “Entonces cada vez más el sistema educativo va quedando obsoleto y sobre esa obsolescencia es que seguimos estudiando”, afirma.
En el caso de América Latina comenta que los contenidos están basados en temas relevantes para el siglo pasado y a muchas familias el sistema educativo no les hace sentido y deciden tomar la educación en sus manos.
“La posibilidad de que cada uno tome la libertad de elegir qué es lo que quiere. Sí tenemos la libertad de elegir qué tipo de escuela. La escolarización que queremos, pero qué pasa con las familias que no quieren escolarización, que entienden que educación no es lo mismo que escolarización, para estas familias en muchos países no hay opciones”, explica.
Exa Mariana Navarro Cortés de 22 años comenta que a lo largo de su desescolarización han pasado por muchas etapas: “Desde homeschooling estructurado hasta el radical y hasta worldschooling porque viajamos por el trabajo de mi mamá y aprendíamos de los lugares y las cosas que hacíamos. Eso nos ayudó a ver el mundo de una manera distinta”.
Ana Paulina Navarro Cortés 18 años, ha tenido toda una vida desescolarizada, no ha asistido a una escuela desde preescolar y comenta que desde muy pequeña ha explorado su pasión por la cinematografía.
De acuerdo a Exa Mariana, quien ahora se encuentra en la universidad estudiando imagen publicitaria, lo que más le sorprendió es que sus compañeros estaban cansados de los estudios.
Las hermanas consideran “ridículo”, que lo que más les pregunten sea el tema de la socialización. “Mi hermana y yo pensamos que es un poco ridículo porque socialización haces todos los días. Desde con tu familia, hasta con personas externas. Si estás en una clase extracurricular, obviamente que tienes amigos de esa clase. Si vas a un lugar hablas con mucha gente, esas habilidades sociales son innatas del ser humano”, expresa Exa.
Socialización natural
Mariana Cortés explica que la socialización al estar desescolarizado es más natural, porque se juntan personas con intereses comunes y no por estar en un salón de clases. “La socialización no natural es la de la escuela, porque solamente convives con niños de tu misma edad y a veces de tu misma clase social y si va peor la cosa, solamente de tu mismo sexo si es escuela solo de niñas o de niños. La asociación forzada no es socialización”, remarca.
Descolarización y Covid-19
Esta familia aclara que los desescolarizados han sido de los que menos se ven afectados con la medida de “quédate en casa”. Porque son chicos que no les llega ansiedad de saber qué va a pasar, toman sus decisiones, saben trabajar desde casa.