La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha mencionado en las discusiones sobre derechos fundamentales en el marco del Covid-19 que se deben considerar el derecho al duelo y al cuido. Esto lleva a que todos enfrenten el proceso de duelo, esto incluye a los niños y las niñas. Pero ¿cómo se le habla a los niños de la muerte?.
Kevin Vega García, psicólogo, menciona que la muerte es un tema que evadimos, incluso entre los adultos porque conlleva mucho sufrimiento, pero esa algo de lo que no podemos escapar y en el caso de los niños es importante acompañarlos en el aprendizaje de esta condición humana, porque es “su derecho conocer de manera sana sobre estos procesos de la vida”.
“La muerte es algo de lo que no podemos escapar y lo mejor es que se acompañe al niño a aprender sobre esta realidad de la condición humana, porque es su derecho conocer de manera sana sobre estos procesos de la vida. Corresponde a la familia enseñarles y validar estos procesos en estas experiencias, por su salud mental. Si al niño le quitamos el derecho a sus sanos procesos vamos a generar un daño a nivel de sus salud mental que tendrá consecuencias a lo inmediato y largo plazo”, explica Vega García.
Escucha nuestro podcast: ¿Cómo hablar con los niños de la muerte?
No maquillar el tema
Indicó que es importante no maquillar este tema para que el niño no sufra. Ni hablarlo “como lo hemos visto, como lo hemos aprendido, teniendo un gran riesgo de generar experiencias negativas”.
“Podrían hablarle en función de la edad y su capacidad de comprensión respondiendo sus preguntas, no engañarlo u ocultarles la verdad, preguntarles qué entienden de la situación, sea enfermedad, accidente, o alguna otra forma de muerte. Nunca infundirles miedo. Dejarles claro que ellos no tienen ninguna culpa de lo que pasa”, detalla el psicólogo.
Usar ejemplos del ciclo de la vida
Manifestó que una forma para explicar la muerte es haciendo uso de ejemplos del ciclo de la vida en la naturaleza, de las plantas, de las mascotas, para que el niño comprenda a la hora que le toque vivir un proceso de duelo.
Señala que es importante aceptar y respetar las emociones de los niños y dejar que las expresen. Mostrarles que a los adultos también les duele, lloran y que es normal sentirse así cuando alguien muere.
“Debemos evitar frases, por ejemplo está dormido, se fue de viaje, Dios se lo llevó, no llores, la persona que murió no te quisiera ver triste. Estos mensajes, estas frases debemos de evitarlas porque generan daño, dolor, una represión de los sentimientos, de las ideas, que pueden generar más dolor”, explica, Vega.
Lea también: Derecho al duelo para sanar el dolor
Recomienda incluir a los niños y niñas en actividades de duelo organizadas por la familia, pero respetar si no desean asistir. Además, acompañarlos, brindarles afecto, una caricia, un detalle, preguntarles si desean hablar y darles su tiempo. “Tenemos que evitar el contacto con estímulos que revivan lo sucedido. Hay que tener cuidado con las redes sociales, las noticias y muy especialmente con personas alarmistas. También podemos proponerles una rutina diaria, respetando siempre el paso que llevan, el ritmo que llevan”, agrega.
Otro punto a tomar en cuenta es que es común que los niños vuelvan a hacer cosas que tenían superadas, por ejemplo orinarse en la cama, no querer dormir solo. “Ante esto hay que comprenderlos, no juzgarlos, no regañarlos, no hacerles mala cara. En cambio intentar motivarlo para que desahoguen sus emociones y se sientan en confianza y si hay una situación que amerite consultar un profesional”, indica.
Vega resalta que es importante recordar que los niños no se dañan por el fallecimiento del ser querido, sino por lo que perciben en las acciones de los que quedan.
Hablarles de manera preventiva
Tomando en cuenta que algunas veces la muerte es repentina como en un accidente, Vega recomienda hablarles a los niños de la muerte de manera preventiva. “Hablarle de la muerte como parte del proceso de la vida. Así cuando aparezca de manera repentina el niño va a tener una idea, una estrategia de afrontamiento, va a saber qué pensar, va a saber que es parte de la vida. Así el impacto se puede manejar mucho mejor”, finaliza.