Con el inicio de la distribución de vacunas, muchas personas están recuperando la esperanza de que el 2021 será mejor que el 2020.
Conductor de buses de toda la vida, Marco Alarcón perdió su empleo en marzo, apenas llegó la pandemia a Santiago, Chile.
A los dos meses se le ocurrió la idea de hacer muebles con madera que encontraba tirada en el suelo o que descartaban en las obras de construcción. No lo había hecho nunca antes, pero la necesidad de conseguir ingresos lo impulsó a probar algo diferente.
“Mi pasión siempre fue transportar pasajeros, pero ahora he visto que puedo crear cosas con las manos y eso me llena de felicidad”, le cuenta a BBC Mundo.
Más conocido como el Tata Marco, su hija publica fotografías de sus productos en Instagram y así, poco a poco, ha logrado abrirse un camino laboral improvisado, como lo han hecho miles de personas desde México hasta la Patagonia.
Aunque las perspectivas económicas son más alentadoras para 2021, aún existe un alto nivel de incertidumbre sobre cómo y cuándo se reactivará el empleo, una de las huellas más profundas que ha dejado la recesión tras los confinamientos y la rápida propagación de la covid-19.
Y pese a que el desempleo oficial llegó a más del 10% en la región, las personas más afectadas fueron los trabajadores informales que viven al día y que no están contabilizados en las estadísticas.
El problema es que aunque la economía vuelva a crecer en la región (cerca de 3,7%, según distintas estimaciones), indicadores como el empleo o la pobreza tomarán mucho más tiempo en recuperarse.
Y según advierte la Organización Internacional del Trabajo, en 2021 el desempleo podría subir a 11,2%.
“Hemos retrocedido diez años en diez meses”, dijo el director regional de la OIT, Vinicius Pinheiro a finales de diciembre.
Por eso, agrega, el gran desafío es lograr crecimiento económico con empleo, una opinión compartida por Daniel Titelman, director de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.
“Los costos sociales que ha producido la pandemia van a estar con nosotros por mucho tiempo y por eso es importante que la política fiscal ayude a mitigar y compensar esos efectos”, le dice Titelman a BBC Mundo.
Para reactivar la economía, agrega, la Cepal proyecta que América Latina enfrentará 5 grandes riesgos en 2021:
1-La evolución de la pandemia y la disponibilidad de la vacuna son inciertas
El escenario que considera la Cepal para sus proyecciones económicas es que los efectos negativos de la pandemia mejorarían en la primera mitad de 2021, al existir un mayor nivel de movilidad que el registrado a mediados de 2020.
También supone que durante 2021 el proceso de vacunación avanzará en la región. Si eso es así, el impacto económico de las vacunas sobre el crecimiento podría producirse a partir de la segunda mitad de 2021.
Pero si no se cumplen las condiciones esperadas, sin duda la proyección de crecimiento económico para la región de 3,7% en 2021 podría disminuir.
2-Retiro prematuro de las medidas de política de estímulo monetario y fiscal
La eliminación de los estímulos fiscales y las medidas que han tomado los bancos centrales para empujar la recuperación, podrían truncar el crecimiento económico con un impacto negativo en la región.
Por eso, el organismo recomienda que se mantengan las ayudas fiscales y que la política monetaria siga garantizando la disponibilidad de liquidez a nivel mundial.
3-Empeoramiento de las condiciones financieras mundiales
El crecimiento estimado para América Latina depende también en gran medida de que las condiciones financieras internacionales sean similares a las del segundo semestre de 2020.
Para los países más pobres, el acceso a financiamiento es fundamental. Pero un empeoramiento del panorama financiero podría generar un gran problema para aquellos países que han aumentado su nivel de deuda en el contexto de la pandemia.
Otro tema se refiere a las posibles depreciaciones de las monedas, ante un menor “apetito de riesgo” por parte de los inversores, quienes en situaciones de crisis buscan refugio en monedas más estables.
Si se da una tendencia a la baja, esta ejercería una dura presión sobre aquellos países con mayores niveles de deuda en moneda extranjera.
4- Potencial caída en los precios de productos básicos
Las estimaciones apuntan a que habrá un aumento de los precios de los productos básicos en 2021.
Si no se cumple esta proyección, los países de América del Sur, una zona exportadora neta de estos productos, sufrirán un duro golpe que afectaría su nivel de ingresos y sus perspectivas de crecimiento.
5-Aumento de las tensiones sociales y geopolíticas
El aumento del desempleo, la pobreza y la desigualdad podrían intensificar las tensiones sociales latentes en los países latinoamericanos y afectar su actividad económica.
A esas tensiones internas se suman los conflictos geopolíticos, incluidas las fricciones tecnológicas y comerciales entre países.
“La brutal caída de ingresos genera tensiones sociales y desafíos a la política fiscal”, argumenta Titelman.
Por eso, agrega, “los gobiernos deben hacer un esfuerzo importante para seguir apoyando y así mitigar los efectos sociales de la pandemia”.
Una oportunidad
“Con esta crisis hay una oportunidad para avanzar hacia un desarrollo más sostenible e inclusivo“, dice el economista.
Un punto de vista positivo, explica, es que lo que hemos vivido en 2020 sea una lección para superar los grandes desafíos estructurales de la región como la pobreza, la desigualdad, el desempleo, la informalidad laboral y la baja protección social.
Lo que hizo la pandemia fue poner sobre la mesa esos grandes desafíos que han afectado durante décadas a América Latina, apunta.
Desde su perspectiva, lo ideal sería que los países no solo tomen medidas para reactivar la economía en el corto plazo, sino que también miren hacia el futuro e incluyan políticas ambientales e industriales para transformar el modelo de desarrollo.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.