Desde el encarcelamiento de su presidente Michael Healy y primer vicepresidente Álvaro Vargas, hace cuarenta días, se ha criticado el silencio y la falta de acción del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep). Directivos y exdirectivos de la organización atribuyen ese mutismo, al temor a más represalias o a ser encarcelados. Sin embargo, consideran que de ser convocados a un posible dialogo con el régimen, exigirían su liberación como condición previa para participar.
La captura de Healy y Vargas se concretó el 21 de octubre y dejó vacante la presidencia y primer vicepresidencia de la organización. Muchos aseguran que esta fue una “movida” de Daniel Ortega para conseguir el control de la organización. Lo haría a través del presidente de la Cámara de Energía, César Zamora, ahora nuevo presidente del Cosep.
Además, atribuyen a la llegada de Zamora la pasividad con que el Cosep ha manejado el encarcelamiento de Healy y Vargas; el cual se sumó al de su ex presidente José Adán Aguerri quien cumple 175 días en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el nuevo Chipote. Sin embargo, los consultados consideran que el miedo generalizado es la causa principal. Hasta ahora, el miedo lo único que les ha permitido es asumir la defensa de sus dirigentes; ya que según los consultados está pagando un abogado para que lleve los tres casos.
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El miedo impide que Cosep interceda por sus dirigentes
Sin embargo, cinco dirigentes empresariales consultados por LA PRENSA coinciden en que el verdadero motivo es el miedo. “Es tal la indefensión que no vale la pena arriesgarse para interceder por ellos porque en cuanto digas algo te van a llegar a traer. Si este miedo es justificado o no, esa es otra cosa, la verdad es que faltan valientes en Nicaragua”, asegura un miembro del consejo directivo que pide el anonimato para evitar represalias.
Los dirigentes gremiales consultados coinciden en que el encarcelamiento de los dirigentes empresariales y de todos los presos políticos es totalmente arbitrario. Y aseguran que el régimen ha logrado generalizar el temor, porque la mayoría de los empresarios sabe que cualquiera que hable será el siguiente que se lleven.
“Se cumplió el mito de la rana, calentaron el agua y no dijimos nada y ahora estamos todos en una sopa y no podemos hacer nada…. Muy claro está que mal paga el diablo a quien bien le sirve, los empresarios se beneficiaron y ahora les cobran caro”, asegura otro miembro del consejo directivo que también pide el anonimato.
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Cosep paralizado y con temor a la extorsión fiscal y al encarcelamiento
Además, añaden que desde el 2018 el régimen aplica una política de extorsión fiscal tanto a través de las Alcaldías, la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), la Dirección General de Ingresos (DGI) y todas las instituciones que realizan cobros. Indican que “dichas instancias, ahora utilizan el chantaje para cobrar mucho más de lo que se debe pagar y amenazan con cárcel a quien no cede a esos chantajes. Eso incrementa el temor entre los empresarios”.
Un exdirectivo que también pide el anonimato para evitar represalias, dice que al temor que enfrentan los empresarios que ha obligado a muchos, incluido su presidente César Zamora a salir del país, hay que sumarle los efectos de la quiebra financiera que enfrenta la organización.
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Esta crisis obligó a despedir a casi todo el personal, incluido el del área de comunicaciones y prácticamente la organización está paralizada. A su criterio, dicha paralización dificulta aún más los esfuerzos por pronunciarse contra el encarcelamiento arbitrario; y ha limitado esos esfuerzos a publicaciones en las redes sociales.
Sin embargo, considera que de concretarse el diálogo del que han hablado algunos representantes del régimen, esa sería la oportunidad para exigir la liberación de los presos.
No creen que César Zamora sea ficha de Ortega
“Hace como un mes cuando se comenzó a hablar de ese posible diálogo, en la Cámara de Industrias (Cadin) se discutió el tema. Se dijo que únicamente participaría el Cosep si es invitado como institución y si se dejan a los presos libres, antes no. La condición sine qua non para participar en cualquier dialogo tiene que ser que los presos salgan”, asegura el exdirectivo.
Otro tema en el que todos los consultados coinciden es que no consideran a Zamora una ficha de Ortega. Aunque marcan distancia de él y aclaran que desconocen si actualmente tiene alguna cercanía con Ortega. Pero aseguran que no buscó la presidencia de Cosep. Al contrario, la aceptó porque no tuvo otra opción, incluso consideran que dejará el cargo en cuanto sea posible. Incluso, podría delegar algunas responsabilidades en Eduardo Fonseca, el exdirector de la Cámara de Comercio que próximamente podría asumir al dirección ejecutiva de Cosep.
Lo describen como una persona “poco agradable”, “nada simpático” y que “genera reacciones negativas”. Consideran que si fuera ficha de Ortega estaría satisfecho en la presidencia. Sin embargo, ha expresado públicamente que en cuanto haya oportunidad lo abandona. Incluso, consideran que el miedo que enfrenta lo obligó a salir del país con la excusa de resolver un problema familiar. LA PRENSA intentó conseguir la versión de Zamora pero no contestó a nuestras consultas.