Para ayudar a crear memoria histórica y garantizar que los violadores a los derechos humanos paguen sus delitos cuando en Nicaragua se restaure la democracia, el Centro para la Cultura de Paz en Centroamérica (Centro Paz) en coordinación con Haceme Barra, impulsan el proyecto videográfico Eran Estudiantes. Este incluye una serie de videoreportajes en los que estudiantes universitarios relatan qué hacían antes de 2018, cómo se involucraron en las protestas y las consecuencias que esto les provocó. Además, señalan con nombre y apellido a los violadores de sus derechos.
“Estos vídeo reportajes pretenden seguir posicionando el tema en la agenda publica. Pero también documentar y hacer memoria… Porque va más allá de decir que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo violó sus derechos; es nombrar con nombre y apellido a las personas que dentro de las universidades violentaron derechos”, explica Carlos Berrios, coordinador de Centro Paz.
El Centro Paz es un colectivo formado por defensores de derechos humanos. Tiene su sede en Costa Rica y la mayoría de sus integrantes son jóvenes procedentes de toda Centroamérica. Mientras que Haceme Barra es un colectivo artístico, dedicado a los artes audiovisuales. Tienen su sede en Honduras y está integrado por universitarios víctimas de las violaciones cometidas por la dictadura de Honduras.
El primer vídeo de la serie Eran Estudiantes incluye tres historias de estudiantes universitarios nicaragüenses. En él relatan lo que hacían antes del estallido social y como luego se involucraron en las protestas. También, como esto provocó que los expulsaran arbitrariamente de sus centros de estudios; y que a muchos les borraran sus historiales académicos.
Acompañan a estudiantes de Nicaragua y Honduras
Es importante señalar con nombre y apellido a los perpetradores de las violaciones; ya que para construir memoria histórica se necesita saber qué institución cometió la violación y a cargo de quién estaba. Además, en términos de justicia transicional y para documentar para la posteridad lo que pasó, se necesita saber quién fue el responsable de la violación.
“Parte de los beneficios que nos proporciona crear memoria histórica es recordar como sociedad de dónde venimos y qué hicimos mal. Como sabemos Nicaragua tiene la particularidad de tener una memoria de muy corto plazo y no ha sabido gestionar las memorias de mediano y largo plazo, entonces es importante crear la memoria histórica”, dice Berrios.
Según los promotores de la iniciativa, cuando se crea memoria desde estas iniciativas se aporta para que las nuevas generaciones, tanto activistas emergentes como estudiantes de secundaria que van a entrar a la universidad y los que vienen atrás tengan un referente de la lucha por la libertad y la autonomía universitaria.
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Apuestan a garantizar justicia
“También apostamos a que queden plasmados los nombres de los culpables. Porque es cierto que actualmente con todo el montaje de la dictadura es complicado hablar de justicia; pero una vez democratizada Nicaragua, con el retorno de la institucionalidad democrática aspiramos a que esto esté documentado para decir: Ramona, la rectora de la Universidad Nacional es culpable de estos delitos, tenemos pruebas para confirmarlo”, explica Berrios.
Este es un proyecto de mediano y largo plazo para acompañar a estudiantes universitarios de dos países: Nicaragua y Honduras. Y no son videos aislados ni es una campaña aislada, sino que forma parte de una campaña que inició en octubre del año pasado con una audiencia temática ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Dicha audiencia temática fue la segunda en la región; ya que los estudiantes venezolanos fueron los primeros en llevar el tema de las violaciones a sus derechos ante la CIDH, detalla Berrios.
Además de llevar ante los organismos internacionales las denuncias y contribuir a crear memoria histórica, el proyecto contempla otras acciones, entre ellas emitir un informe. Pero no será un simple reporte de a cuántos estudiantes universitarios se les violaron sus derechos. Será un informe detallado escrito desde las víctimas, que describe hechos, violaciones específicas y nombra a los culpables de cada una.
También tienen previsto realizar el próximo año, otras acciones de índole legal contra los Estados de Nicaragua y Honduras.
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Mantendrán monitoreo permanente
Para ejecutar este proyecto binacional, Centro Paz y Haceme Barra cuentan con el apoyo de varios grupos de universitarios tanto de Nicaragua como de Honduras. Uno de ellos, es el observatorio universitario integrado por víctimas, que realiza un monitoreo permanente para continuar documentando los violaciones a los derechos.
“Esto pone una lupa distinta, no solo de reclamar por mis derechos violentados, ya que permite ampliar la mirada de lo que sigue ocurriendo”, dice Berrios.
De momento, para estas organizaciones su prioridad es Nicaragua porque consideran ha llegado a la cúspide del autoritarismo. También porque está confirmado por organismos internacionales que se cometieron delitos de lesa humanidad.
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