Después de más de 40 días sin ver a sus parientes que se encuentran como presos políticos de la dictadura Ortega Murillo, la alegría es enorme cuando les informan que les permitirán una visita.
Sin embargo, para poder verlos tienen que someterse a una serie de medidas excesivas de “seguridad” por parte de los funcionarios de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), o nuevo Chipote, violatorias de la integridad de esas personas.
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Para los familiares del cronista deportivo Miguel Mendoza, en primer lugar, la visita del pasado viernes no fue una “visita familiar”.
“Tampoco crean que es una visita familiar. Estamos vigilados todo el tiempo y acosados por fotógrafos y camarógrafos desde que entramos a recepción”, refirieron en el perfil de Facebook de Mendoza.
Según estos, durante la visita, como ha sucedido en las anteriores, los obligaron a quitarse la mascarilla para tomarles fotografías y videos. Además, mientras conversaban, los interrumpieron para decirles que evitaran los abrazos o estar muy cerca. “¿En qué les afecta eso a ellos?”, se preguntaron.
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Pero lo más “humillante” que hicieron fue que al ingresar a la sala “prácticamente” los desnudaron.
Esta denuncia coincide con la de los familiares del líder campesino Medardo Mairena. “Finalmente, por este medio, aprovechamos para denunciar que al momento de ingresar a la visita, los custodios realizaron manoseo inapropiado a familiares que asistían a las visitas”, aseveraron por la red social Twitter.
“Me sentí como si me habían violado”
LA PRENSA conversó con otra familiar de un preso político quien dijo que se sintió “violada”, porque le “tocaron” sus partes íntimas.
“Violada, en el aspecto de que me tocaron. Me tocaron debajo de los bustos (pechos), me manosearon los dos bustos (cosa que no se hacía en las otras visitas), me levantaron el vestido hacia arriba, me registraron la mascarilla, me quitaron el prensador del pelo, me registraron todita la cabeza, como si llevase algo, me pasó (una mujer custodia) las manos así por mis partes. En ese aspecto me sentí molesta, como si tal me habían violado”, expresó.
Según esta familiar de un preso político, tanto en la recepción como a lo interno del complejo es notorio el cambio de personal.
“Ya los otros ya no están. Entonces, ahí pusieron personal nuevo, a como tienen personal nuevo ellos (donde están encerrados los presos políticos) también”, aseguró.