La salud del expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y preso político, José Adán Aguerri, sigue en deterioro, lo que continúa preocupando a sus familiares, quienes pudieron visitarlo el viernes 10 de junio, en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote, donde está detenido desde el 8 de junio de 2021.
Fuentes cercanas a la familia de Aguerri, confirmaron que sigue presentando pérdida parcial de la visión en su ojo izquierdo, continúa con otitis y la presión arterial lo sigue afectando. Además sigue perdiendo peso.
“Sigue igual, bajando de peso. Lo que más nos preocupa es su problema que tiene en la vista, el oído y la presión”, dijo la fuente que solicitó el anonimato.
En marzo pasado, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia había denunciado que el expresidente del Consep “pesa 135 libras, tiene hongo en la espalda y pecho”. Al respecto la fuente comentó que la familia le está llevando medicamentos y pomadas “tratando de que no empeore”.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo entre el 10 y 12 de junio permitió visitas a los presos políticos encarcelados en el nuevo Chipote, luego de que los familiares denunciaran que tenían más de 40 días sin verlos. Esta es la octava visita que realizan durante el año que llevan detenidos.
Sentenciado a 13 años de prisión
El pasado 3 de marzo, el juez Félix Ernesto Salmerón Moreno, del Juzgado Quinto de Distrito Penal de Juicios, declaró culpable al expresidente del Cosep por el supuesto delito de menoscabo a la integridad nacional, le impuso 13 de años de cárcel a petición del Ministerio Público y la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Aguerri cumplió el pasado 8 de junio un año encerrado en las celdas del nuevo Chipote.
Familiares demandan el cese de “tortura y exterminio”
Este martes, los familiares de presos políticos que se encuentran en el nuevo Chipote se unieron en un comunicado en el que alertan que la vida de los detenidos sigue estando en riesgo y piden que se detenga la política de “tortura y exterminio”.
El comunicado indica que todos han perdido peso, pero no saben cuánto porque no se les ha informado. “Persiste la falta de atención médica oportuna y esperan hasta el último momento para atenderlos, cuando las personas están muy mal”, denunciaron.
Las demandas más urgentes, luego de la octava visita, incluyen detener el confinamiento, que se les permita recibir paquetería semanal que incluya alimentación, que se permita intercambio de cartas, que se les permita la Biblia y material de lectura y escritura, y que reciban atención médica con tratamientos adecuados.
Resaltaron además que muchos presos políticos presentan problemas psicológicos, de presión arterial y de la piel.
Los familiares y algunos exprisioneros políticos hicieron un llamado a la unión para lograr la libertad de todos los presos de conciencia.