El número de nicaragüenses que abandonan el país ha incrementado en los últimos años, desde el inicio de la crisis sociopolítica de 2018. Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, indicó que la cifra de los migrantes de Nicaragua crece “sin precedentes”, superando incluso la registrada en la década de 1980. El tema de la migración fue uno de los puntos abordados en el informe sobre cómo ha empeorado la situación de los derechos fundamentales en el país.
“Las crisis sociopolíticas, económicas y de derechos humanos que estamos presenciando en Nicaragua están expulsando a miles de personas de la seguridad de sus hogares. El número de nicaragüenses que abandonan el país está creciendo en cifras sin precedentes, incluso más que en la década de 1980”, afirmó Bachelet el viernes reciente.
Detalló que en los últimos ocho meses se ha duplicado el número de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica, alcanzando un total de 150 mil nuevos solicitantes desde 2018. Esto representa el tres por ciento de la población costarricense.
Asimismo, comentó que el número de nicaragüenses interceptados en las fronteras de los Estados Unidos de América también experimenta un aumento sin precedentes, pasando de 3.164 en septiembre de 2020 a 92.037 en abril de 2022. En marzo de 2022 la cifra llegó a 16,088, la más alta registrada hasta la fecha para un solo mes, y ocho veces superior a la registrada en marzo de 2021.
Estas cifras de migración son consideradas una “crisis de derechos humanos”, por los impactos que causa en los migrantes.
“Hay un gran vacío emocional porque están dejando forzosamente al tejido que a uno lo sostiene, que en la sociología está demostrado que somos seres sociales y que su familia cercana, su barrio, su comunidad, su identidad tienen un papel vital para la seguridad del ser humano, pero todo eso se deja atrás involuntariamente y el dolor es tanto para el que queda como para el que se viene (a Estados Unidos). Sumémosle a eso la situación de riesgo durante el transcurso (del viaje)”, declara Haydée Castillo, socióloga y activista de derechos humanos, quien se encuentra exiliada en Estados Unidos.
Migración aumenta con violaciones a derechos humanos
Alexandro Álvarez, máster en Derecho Internacional y hasta julio encargado del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), indicó durante un foro virtual que los incrementos en las cifras de migrantes coinciden con momentos de incremento de la violencia y violaciones a los derechos humanos.
“Las estadísticas de Acnur que hablan sobre la migración nicaragüense durante los años que ha durado la crisis muestran de manera inequívoca que el aumento de la migración fuera de Nicaragua en el contexto de la crisis se debe a la crisis. De hecho cuando han habido aumentos de la violencia en el contexto de la crisis, por ejemplo durante la operación limpieza en julio de 2018, aumentó la cantidad de migrantes de manera sostenida”, afirmó Álvarez.
Indicó que lo mismo ocurrió durante 2021 con una nueva etapa de criminalización, desde mayo en adelante donde se empezó a detener y criminalizar a personas de alta visibilidad pública y ha continuado después del evento electoral que del 7 de noviembre.
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Libertad de circulación en peligro
Bachelet indicó que su oficina ha documentado varios casos de hostigamiento e intimidación de parte de las autoridades nicaragüenses, “poniendo en grave peligro el derecho a la libertad de circulación”.
“Las renovaciones de pasaporte en un consulado en el extranjero han sido denegadas en algunas ocasiones, lo que obliga a las personas a realizar el proceso en Nicaragua donde su seguridad puede estar en riesgo. A los nicaragüenses que pretendían salir del país también se les ha retenido el pasaporte sin justificación. Además, habría sido negada la entrada al país de un ciudadano nicaragüense”, remarcó.