Con mascarilla, rodeado de policías y señalando con su dedo índice, Juan Lorenzo Holmann recorrió las instalaciones del Diario LA PRENSA por última vez antes de la toma policial, el 13 de agosto de 2021. En las primeras horas de la madrugada del día siguiente, el 14 de agosto de 2021, Holmann fue trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el Chipote.
Su familia, en las nueve visitas que han podido hacerle en un año que lleva como preso político, asegura que su compromiso con la libertad de expresión sigue firme.
“En el día a día mi papá nos enseñó a mí y a mi hermana a entender la importancia de la libertad de expresión y poder decir lo que uno piensa, y siempre nos ha dicho que la libertad de expresión es un derecho fundamental, segundo solo al derecho a la vida. Porque si no podés decir lo que pensás y no podés expresar tus pensamientos… él una vez me dijo, eso te empieza a carcomer por dentro”, relató su hija Renata Holmann, luego de ver el retrato hablado que muestra a su padre extremadamente delgado.
Su hija lo describe como “un ejemplo a seguir”. “Es una persona trabajadora, honesta, que siempre ha estado apegado a los valores que le ha inculcado su familia. Es una persona que nunca he visto que tenga miedo de decir lo que piensa, sea que le va a caer bien o mal a la persona que se lo está diciendo. Él siempre es honesto y firme en sus creencias”, expresó.
Agregó que en las pocas palabras de lo que dijo Holmann durante su juicio y durante las visitas que le ha hecho la familia se ve que mantiene el carácter fuerte y el compromiso con Nicaragua.
“El compromiso con Nicaragua está presente y admiro que ha podido mantener la frente en alto y mantenerse fuerte en su espíritu, a pesar de las condiciones y el maltrato al que ha sido sometido”, comentó.
La familia Holmann y LA PRENSA tienen historias “bien conectadas”. “Mi tío Pedro Joaquín Chamorro es el Mártir de las Libertades Públicas, él siempre tuvo la fuerza de luchar y alzar la voz por aquellos que no tenían voz, él luchó por la libertad de expresión y por la democracia en Nicaragua, y mi papá era cercano a mi tío Pedro Joaquín, siempre lo admiró mucho y pienso que adoptó mucho de los valores que él demostró durante su vida”, remarcó la hija de Juan Lorenzo Holmann.
Se mantiene vivo creando rutinas
Holmann es un hombre considerablemente alto, de seis pies (1.8 metros), en una celda de dos por dos metros compartida, en este momento la comparte con el líder campesino Freddy Navas. Su familia describe las condiciones de encierro como “una celda pequeña, cerrada, empernada, sin ventilación”.
“Para mantenerse vivo mentalmente trata de tener una rutina. En la mañana se despierta, les llevan el desayuno y luego rezan el rosario. Él trata de hacer ejercicios, sé que hacía sentadillas. Antes de su infección estomacal dice que podía hacer más de cien lagartijas, pero que ahora solo puede hacer como 25, eso muestra el deterioro de su salud física. Pero siempre hemos mencionado que trata de mantenerse activo para proteger su salud”, comenta su hija.
Aunque no practicaba ningún deporte específico, Juan Lorenzo Holmann siempre estaba activo. “Le encantaba ir a la finca, salir a caminar, caminar con mis perros, de vez en cuando andaba en bicicleta, le encantaba nadar en la playa, le gustaba mucho montar a caballo, la pesca y esas son como sus actividades, pero un deporte específico así no practicaba, pero le encanta leer y le mencionó a mi mamá que para leer y mantener su hábito de la lectura él lee las etiquetas de las botellas de las bebidas que les mandamos o cualquier tipo de lectura que venga en las pocas cosas que nos permiten que le mandemos, las lee una y otra vez, para mantener ese hábito que él ha tenido antes de irse a dormir”, relató su familia.
Un grito por la libertad
En las celdas del Chipote los presos políticos encuentran la manera de protestar. Holmann canta el Himno Nacional y cuando lo callan lo silba. “Dentro del Chipote hay muchas maneras de protestar y creo que él siente que es una manera de alzar su voz y hacer un grito por la libertad. Ha mencionado que otros presos que están en su pabellón se unen, los policías los callan, pero todos juntos silban el Himno o Nicaragua Nicaragüita y esa es su manera de protestar de la situación en la que se encuentran”, comentó su hija.
Renata Holmann hablaba todos los días con su papá o al menos día de por medio. Extraña escucharlo y platicar con él, así como escucharlo reír. Los presos políticos no han podido hablar por teléfono con sus familiares, y en el caso de Holmann solo ha recibido nueve visitas en todo este año encerrado.
“Mi papá y yo somos muy cercanos, hablábamos todos los días o día de por medio, tratábamos de llamarnos casi todos los días y hablábamos de todo o de nada a la misma vez. A veces platicábamos de lo que había pasado en ese día, para pedir consejos, hablar de la situación de LA PRENSA, entre otras cosas. Eso de no poder hablarle y escuchar su voz en mi día a día es de las cosas que más me hacen falta. Mi papá es una persona divertida, que le encanta hacer broma y hacer reír a la gente, también me hace falta poder reírme con él”, expresó la hija del preso político.
Solidaridad con LA PRENSA
El Colectivo de Derechos Humanos, Nicaragua Nunca +, envió un comunicado uniéndose al equipo de LA PRENSA en su demanda por la devolución de sus instalaciones.
“Pese a los atropellos y violaciones a sus derechos humanos LA PRENSA sigue resistiendo e informando al pueblo de Nicaragua que exige verdad y justicia, tal como el lema del Diario refiere. El Diario LA PRENSA ha sobrevivido al asesinato de su director Pedro Joaquín Chamorro Cardenal; guerras, cierres, censuras y todo tipo de ataques, por todo ello expresamos nuestro abrazo solidario y reconocimiento como uno de los pilares del periodismo independiente que lucha por la libertad de expresión y prensa en Nicaragua”, indica el comunicado.
Agregaron que exigen la libertad de sus directivos Cristiana y Pedro Joaquín Chamorro Barrios y Juan Lorenzo Holmann Chamorro “quienes están sometidos a una arbitraria e inconstitucional privación de su libertad, así como de todas las personas presas políticas en Nicaragua”.
El Colectivo reconoció que LA PRENSA, en medio de la feroz persecución, cárcel, confiscación y el exilio de toda su redacción, sigue en pie, “porque la verdad no se calla asaltando, secuestrando y atacando a los medios de comunicación y al periodismo independiente”.