El padre Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno, de Nandaime, cumple hoy 90 días en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el Chipote. Fue capturado el 1 de junio de 2022 por la Policía, luego de haber sido expuesto en redes sociales y medios oficialistas del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El padre García es uno de los clérigos a los que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo han privado de su libertad. Fue arrestado el pasado 1 de junio por la Policía orteguista y condenado el 23 de junio a dos años de prisión por el presunto delito de amenazas con arma blanca a cinco personas, y una multa de 14,116 córdobas o 200 días multa, según lo determinó el juez Local Único de Nandaime, Jaime Aguilar.
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Los medios oficialistas desarrollaron una “campaña de difamación”, en la cual difundieron videos en los que supuestamente el religioso agredió a una mujer y al ser interpelado por los sujetos que lo grabaron reaccionó con violencia mostrando un machete y retándolos a que entraran al templo católico.
El padre García tiene 57 años, padece diabetes y toma medicamentos para una neuropatía crónica.
Además, el régimen ha convertido en presos políticos a tres religiosos más: monseñor José Leonardo Urbina, encargado de la parroquia del Perpetuo Socorro, de Boaco, quien fue detenido el pasado 13 de julio por la Policía y presentado por la tarde en los Juzgados de Managua, acusado por la supuesta violación de una adolescente; padre Óscar Danilo Benavídez, secuestrado el domingo 14 de agosto a las 5:50 de la tarde, casi dos horas después de terminar su última misa en la capilla Inmaculada Concepción en Mulukukú, jurisdicción eclesiástica de la Diócesis de Siuna, en el Caribe Norte de Nicaragua; y monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, quien está bajo arresto domiciliario en la casa de su familia en Managua.