Irving Larios, economista, de 63 años, cumple hoy 350 días en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el nuevo Chipote, y es uno de los presos políticos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo exhibió en medios oficialistas llevándolos a “audiencias informativas”.
Fue declarado culpable por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”. Le impusieron 13 años de prisión, además de la inhabilitación para ejercer cargos públicos y 800 días multa, equivalentes a 160 mil córdobas. A pesar de ser adulto mayor, Larios es mantenido en estas cárceles en las que se ha denunciado malos tratos y torturas.
El artículo 176 del Código Procesal Penal (CPP), relacionado con la Sustitución de prisión preventiva por domiciliaria, explica que “el juez puede sustituir la prisión preventiva por prisión domiciliaria, entre otros casos, cuando se trate de: 1. Mujeres en los tres últimos meses de embarazo; 2. Madres durante la lactancia de sus hijos hasta los seis meses posteriores al nacimiento, o 3. Personas valetudinarias o afectadas por una enfermedad en fase terminal debidamente comprobada”.
En las imágenes mostradas en medios oficialistas se ve a Larios mucho más delgado, comprobando que los presos políticos han tenido deterioro en su salud y una gran pérdida de peso.
Las primeras imágenes que se ven del dirigente de los movimientos sociales, tras casi un año de encierro arbitrario, lo muestran demacrado y con evidente pérdida de peso. Hasta ahora sus familiares no han brindado muchos detalles sobre su estado de salud, pero son evidentes los efectos de las malas condiciones en que se encuentra encerrado y la deficiente alimentación que las familias han denunciado.
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