Los familiares de los presos políticos que se encuentran en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como el Chipote, tienen más de dos meses de no verlos. La última vez que pudieron visitarlos fue a finales de agosto. Los familiares han solicitado que las visitas sean más frecuentes para saber cómo se encuentran de salud.
A finales de mayo del año pasado, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo empezó una ola de detenciones que sumó a periodistas, abogados, defensores de derechos humanos, diplomáticos, empresarios, trabajadores, exprecandidatos presidenciales, líderes estudiantiles, líderes campesinos y opositores, entre otros.
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Las visitas a los presos de conciencia en la DAJ no han sido regulares y luego de la denuncia de sus familiares de que estos se encontraban perdiendo peso de forma preocupante, el régimen decidió exhibirlos en lo que llamó “audiencias informativas”, donde les informaron cómo se encontraban sus procesos y recursos interpuestos.
Durante la última visita algunos presos políticos manifestaron que estaban en huelga de hambre en demanda de mejores tratos y el fin a la incomunicación. Entre ellos el cronista deportivo Miguel Mendoza, quien indicó que su demanda principal es que le permitan ver a su hija Alejandra, con quien no tiene contacto desde el 21 de junio de 2021, cuando fue detenido arbitrariamente por el régimen.