El obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, cumplió este viernes 4 de noviembre tres meses de encarcelamiento ilegal y 79 días del traslado forzado de su sede episcopal a la casa de su familia en Managua, donde la Policía lo mantiene bajo arresto domiciliario.
Antes del traslado a la capital, monseñor permaneció durante 16 días bajo retención policial junto con otras personas en la Curia Episcopal de Matagalpa. Hasta el momento, las máximas autoridades de la Iglesia católica de Nicaragua y el papa Francisco mantienen total hermetismo sobre la situación legal y las condiciones de monseñor Álvarez.
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Para el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenid) la posición de silencio del cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, es “inexplicable”, a menos que el régimen de Daniel Ortega le haya puesto como condición “no informar” sobre la situación de monseñor Álvarez.
“Si fuese el caso, por qué lo quieren someter a una especie de complicidad que puede ser malinterpretado”, cuestionó el organismo defensor de derechos humanos.
El Cenidh señaló que si el cardenal está sirviendo como mediador entre ambas partes “él no puede aceptar esa imposicion de silencio que aparentemente tiene”, o “serán sus propios cálculos basados en su experiencia. Creerá que las gestiones y reclamos que hacemos todos los sectores de la sociedad contaminan su trabajo”, siguió cuestionando el Cenidh.
“Nosotros consideramos que él, en su carácter de mediador, en su carácter de representante de la Iglesia de Nicaragua, tiene un deber de compartir, si no todos los detalles, por lo menos los avances y la existencia efectiva de un diálogo”, añadió el Cenidh.
“Si el diálogo es para doblegar a monseñor, este no puede ser”
Brenes afirmó este lunes en el Vaticano que hay que seguir dialogando con el régimen de Daniel Ortega, a pesar de la persecución que este mantiene contra la Iglesia católica en Nicaragua y sus líderes.
“Siempre debemos continuar con el diálogo. El diálogo comienza, pero no sabemos cuándo termina, hay que seguir adelante, promoverlo siempre. El papa siempre nos da esta indicación: el diálogo no puede terminar”, dijo el cardenal tras participar en la presentación de un documento del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam). También explicó que el sumo pontífice “conoce bien la situación y siempre está informado”.
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Al respecto, el Cenidh opinó que “un diálogo no es decir, yo tengo que estar esperando hasta que el gobierno se le ocurra contestar, no, o hay diálogo o no hay diálogo, o hay posibilidad de dialogar o no hay ninguna, esa es nuestra posición”.
A la vez aclararon que “no es que estamos de ninguna manera condenando la posibilidad de un diálogo, no, que no se nos malinterprete, sino que lo que no sabemos es que si hay efectivamente un diálogo en el verdadero y auténtico sentido de la palabra, y además cuáles son las cosas que van a resultar de ese diálogo”.
“Porque si ese diálogo significa doblegar la voluntad de monseñor Álvarez que no quiere salir del país, definitivamente no puede ser. Entonces todo se presta a malas interpretaciones, a especulaciones por ese silencio inexplicable que con todo respeto le pedimos al cardenal que rompa, y que explique cuáles son en realidad los alcances que tiene ese supuesto diálogo”, insistió el Cenidh.