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Fusiles para los más viejos: la reserva militar sandinista

El 13 de septiembre de 1983 el régimen sandinista creó la Ley del Servicio Militar Patriótico (SMP) para los hombres nicaragüenses entre las edades de 18 a 40 años, tanto jóvenes como adultos les tocó cumplir esta ley de la guerra.

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Durante la década de los ochenta, Nicaragua vivió uno de los conflictos armados más intensos de su historia contemporánea. Un enfrentamiento entre el gobierno sandinista y grupos armados financiados y apoyados por Estados Unidos, conocidos como la Contrarrevolución.

En este contexto, el Servicio Militar de Reserva jugó un papel clave para el gobierno sandinista donde todos los reclutas estaban divididos en dos segmentos por edades: los Cachorros, que eran los más jóvenes, entre los 17 y 25 años; y la Reserva, entre los 26 y 40 años.

Los jóvenes adultos que integraban el Servicio Militar de Reserva pasaban en su mayoría a conformar unidades de resguardo en batallones militares de las distintas regiones en que estaba dividido el país.

A muchos jóvenes que cumplieron el Servicio Militar les tocó “dobletear” al cumplir con los llamados a las movilizaciones de la Reserva, es decir cumplían por un lado e iniciaban en otro, con diferentes riesgos durante el conflicto bélico y sirviendo al Ejército Sandinista prácticamente como soldados permanentes, pero sin beneficios personales.

Con la derrota electoral del sandinismo en febrero de 1990 y la llegada de la paz al país, lo primero que hizo la presidenta Violeta Barrios de Chamorro fue abolir esta ley que solamente heredó luto y dolor al pueblo de Nicaragua.

Soldados de un Batallón de Reserva en las montañas de Wamblán, municipio de Jinotega, custodian esta ciudad que siempre estuvo bajo el asedio de los contras. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Una batería de artillería antiaérea es operada por soldados de la Reserva durante una maniobra militar en el municipio de Las Banderas. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Brigadas militares de reservistas alzan sus fusiles de guerra durante el acto de clausura con todos los batallones del Ejército que aseguraron la celebración del octavo aniversario de la Revolución sandinista en la ciudad de Matagalpa el 22 de julio de 1987. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Un soldado reservista se comunica a través de un radiocomunicador durante unas maniobras de autodefensa civil el 20 de mayo de 1989 en la ciudad de Nueva Guinea. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Misiles Grad-1P son disparados desde las BM-21 por soldados de la Reserva en las costas del lago Xolotlán durante las maniobras de “tiro combativo”, en saludo al décimo aniversario del Ejército Popular Sandinista en julio de 1989. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Un soldado de la Reserva dentro de una trinchera con un subfusil PPSh-41 de origen soviético custodia una cooperativa agrícola después de un ataque de la contra el 20 de abril de 1987. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Una soldado reservista cava un pozo tirador para atrincherarse y custodiar las BM-21 durante unas maniobras militares en El Papalonal, municipio de la ciudad de León. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Soldados reservistas de la brigada de artillería durante una maniobra militar con cañones obuses. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Dos soldados del Servicio Militar de Reserva atrincherados con fusiles de guerra en la frontera con Honduras, cerca del corredor natural de los contras. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Soldados reservistas en fortificaciones militares en el municipio de Wamblán para repeler ataques de la Contra. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Un batallón de reservistas durante las maniobras militares Sutiaba-86 en el occidente de Nicaragua. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Reservistas corren durante una maniobra militar en la ciudad de Managua, simulando una invasión militar por parte del ejército estadounidense. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Soldados de la Reserva marchan con cascos y fusiles en la ciudad de Managua. La mayoría usaban estos cascos militares que los distinguía de los que usaban los miembros del Servicio Militar obligatorio. Además, el tipo de uniforme para los reservistas era verde olivo o caqui y los cachorros usaban 3 tipos de camuflado, según la región militar donde operaban. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.
Soldados de la Reserva reaccionan durante una alarma de combate en un cuartel militar. Foto: Archivo personal Óscar Navarrete.

La Prensa Domingo Daniel Ortega Estados Unidos Nicaragua archivo

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