El sector cafetalero cerró la cosecha 2023-2024 con una caída del 10 por ciento en el volumen de sus exportaciones, descenso que marca un retroceso de casi una década, y que pese al buen precio que tiene actualmente el café en el mercado internacional no evitó que los ingresos generados por la actividad se redujeran en más de 130 millones de dólares con respecto al ciclo anterior. En medio de esta crisis, las autoridades inauguraron la cosecha 2024-2025 en un acto en el que ignoraron este mal desempeño y se fijaron como meta producir 3.3 millones de quintales del llamado grano de oro.
De acuerdo con los reportes de comercio exterior del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) y del Banco Central de Nicaragua (BCN) en el ciclo que empezó el 1 de octubre del 2023 y concluyó el 30 de septiembre de 2024 se enviaron al mercado internacional 2.71 millones de quintales del grano.
Este es el volumen más bajo desde hace casi una década, incluso es menor a los 2.98 millones de quintales del ciclo 2016-2017 que fue el último en reportar envíos menores a los 3 millones de quintales, ya que en el ciclo siguiente se superó esa barrera y desde entonces se mantenían por encima de esa cifra. Esta es la primera vez que se reporta un descenso hasta ese nivel.
Lea además: Régimen ordena aporte de 4 dólares por cada quintal de café exportado, pese a crisis del sector
Sector café deja de percibir US$131.88 millones
Con respecto al ciclo 2022-2023 los reportes indican que la merma es de 317,037 quintales, reducción que no permitió que el sector aprovechara el buen precio del grano, sino que provocó una disminución de 131.88 millones de dólares con respecto a lo generado por estas ventas en la cosecha anterior.
De hecho, los ingresos que obtuvo el sector por sus exportaciones en el ciclo que recién terminó, son similares a los de la cosecha 2020-2021, cuando mandaron al mercado internacional 3.08 millones de quintales y recibieron en promedio 152.50 dólares por cada quintal.
En cambio ahora, cuando la proporción entre los ingresos y el volumen de venta refleja que en promedio recibieron casi 180 dólares por cada quintal, los ingresos se redujeron en 131.88 millones de dólares. Cabe mencionar que este es un cálculo, ya que desde diciembre del año pasado la Ventanilla Única de Comercio Exterior de Nicaragua (Vucen), antes Cetrex, suspendió la publicación de las estadísticas de exportación, por tanto se desconoce el precio promedio mensual que se obtuvo por la venta del grano y el promedio general del cierre de la cosecha.
Lea también: Alcaldías aplican otra estocada a cafetaleros: cobran casi US$1 por cada quintal sacado de sus municipios
Café resintió salida de Cisa del mercado
Dirigentes del sector cafetalero, que por temor a represalias evitan identificarse, consideran que lo más grave podría venir el próximo ciclo, es decir en la cosecha 2024-2025 que empezó el 1 de octubre y concluye el 30 de septiembre del 2025.
Afirman esto porque en la cosecha actual lo que mayoritariamente provocó la caída de las exportaciones fue el problema de logística que generó el cese de operaciones de Cisa Exportadora que acopiaba, procesaba y exportaba al menos la mitad de los 3 millones de quintales que se exportaban en cada ciclo, pero en diciembre pasado el régimen Ortega Murillo la confiscó alegando una supuesta deuda de 30 millones de dólares en impuestos. Esto ocurrió a los pocos días que Mercon Coffee Group, propietaria de Cisa, se acogió al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
En cambio, en al cosecha que recién empezó, al problema de logística por la ausencia de Cisa —que seguramente persistirá— se sumarán problemas graves de producción, entre ellos la falta de atención adecuada de las plantaciones por falta de financiamiento, ya que Cisa también financiaba la cosecha y unos seis mil caficultores, la mayoría medianos se quedaron sin ese apoyo financiero y con la incertidumbre de no saber cómo saldar la deuda con esa empresa a la que le pertenecía parte de la cosecha que recién terminó.
Lea también: Plan de liquidación de Mercon contempla acciones para recuperar activos de Nicaragua
Esperan daños mayores en la nueva cosecha
A estos problemas propios de los clientes de Cisa Exportadora se suma la afectación que las olas de calor excesivo que se registraron durante el verano en algunas zonas del país provocó en la floración de los cafetales y las consecuencias que eso generará en la producción del grano.
Tampoco se puede dejar de mencionar el impacto generado por el cierre de la mayoría de asociaciones de cafetaleros y otras organizaciones gremiales, tanto de los territorios como nacionales, que además de mantener informados a los productores los guiaban en la búsqueda de soluciones a sus problemas.
Pero en medio de la crisis, que según los dirigentes cafetaleros es grave y seguirá mermando las divisas que el país percibe por la exportación del café, recientemente se realizó el lanzamiento del plan de protección de la cosecha 2024-2025. El evento no lo presidió la nueva titular del Ministerio Agropecuario (Mag), Indiana Raquel Fuentes, ni ningún otro funcionario del sector productivo, sino Laureano Ortega Murillo, quien ostenta el cargo de asesor presidencial para la promoción de inversiones, comercio y cooperación internacional.
Régimen ignora crisis del café
En el evento el hijo de la pareja gobernante estuvo acompañado del alto mando del Ejército que desplegará tres mil soldados para garantizar la seguridad del corte de la cosecha y su traslado hacia los beneficios secos. También asistieron al evento el presidente del Banco Central (BCN), Ovidio Reyes y el canciller Valdrack Jaentschke.
Asumiendo funciones del sector agropecuario, Reyes expresó que la meta para este ciclo es producir 3.30 millones de quintales de café que se destinarán mayoritariamente a la exportación, donde esperan que se mantenga dentro de los tres productos más importantes de la oferta exportable de Nicaragua.
Además, Reyes detalló que actualmente el país tiene plantadas 235 mil manzanas de cafetales, distribuidas en sesenta municipios del país, de las cuales el 98 de cada cien manzanas son de café arábiga y las otras dos de café robusta.
Al menos 51 mil familias se dedican a la caficultura y la actividad genera alrededor de medio millón de empleos entre directos e indirectos, la mayoría durante la recolección de la cosecha, que sale de las fincas para terminar su proceso en 55 beneficios secos, para que luego 94 empresas exportadoras la envíen a 52 países.