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Dictadura prohíbe que sacerdotes entren a los hospitales públicos para ungir a los enfermos, denuncia investigadora

Martha Patricia Molina denunció que ha recibido información que cuando los sacerdotes se presentan a los hospitales con familiares de enfermos se les prohíbe el ingreso

El acoso y hostigamiento a la Iglesia católica en Nicaragua no cesa por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que habría instruido a los hospitales del país prohibir el ingreso a sacerdotes para brindar la unción de enfermos, uno de los siete sacramentos de la Iglesia, denunció Martha Patricia Molina, abogada y autora del informe Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?.

Molina indicó a LA PRENSA que “es una práctica de nosotros los católicos que cuando estamos en condiciones delicadas llamen a los sacerdotes para que nos den una extrema unción, para irnos en paz de este mundo y he recibido información que en los hospitales públicos, cuando se presentan los sacerdotes, revestidos con su cuello clerical, no los dejan entrar y les han dicho que tienen prohibido llegar a los hospitales”.

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La abogada refirió que esa prohibición se extiende en todos los departamentos del país.

“La gente se está muriendo sin llevarse la extrema unción, sin llevar este sacramento que prácticamente es lo último que un católico desea, la unción y una confesión, porque va acompañada siempre de una buena confesión”, expresó Molina.

Molina reprochó que se cree que en la actualidad en el país hay una “aparente calma” o que el hostigamiento a cesado.

“Aunque hay una aparente calma y que todo indica que la dictadura sandinista no está cometiendo arbitrariedades en contra de la Iglesia católica, esto es una falsedad total, porque además, sumándole a estas dos denuncias que estoy haciendo, los sacerdotes continúan bajo vigilancia y la Policía continúa llegando a asediarlos y a preguntar datos constantemente”, refirió.

Qué es la unción de enfermos

La unción de enfermos es el quinto sacramento de la Iglesia católica y es de curación.

“El Sacramento de la Unción de Enfermos confiere al cristiano una gracia especial para enfrentar las dificultades propias de una enfermedad grave o vejez. Se le conoce también como el ‘sagra viático’, porque es el recurso, el ‘refrigerio’ que lleva el cristiano para poder sobrellevar con fortaleza y en estado de gracia un momento de tránsito, especialmente el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte”, se lee en el Catecismo de la Iglesia católica.

Unción de enfermos por parte del papa Francisco. Foto: Aciprensa

A su vez, describe que lo esencial del sacramento consiste en ungir la frente y las manos del enfermo, acompañada de una oración litúrgica realizada por el sacerdote o el obispo, únicos ministros que pueden administrar este sacramento.

Cabe mencionar que la unción de enfermos se conocía antes como “extrema unción”, debido a que sólo se administraba “in articulo mortis”, es decir a punto de morir, sin embargo, actualmente “el sacramento se puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave”.

Otro sacerdote sale al exilio

La abogada Molina denunció que en la semana otro sacerdote tuvo que salir al exilio como consecuencia de la brutal persecución.

“Un sacerdote recientemente acaba de huir de Nicaragua porque iba a ser encarcelado por la Policía, recibió notificaciones, amenazas y por último recibió notificación que se tenía que presentar ante las autoridades”, explicó Molina.

El religioso pertenece a la Diócesis de Siuna, jurisdicción administrada por monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, quien fue secuestrado y posteriormente desterrado por la dictadura orteguista.

Molina denunció que ha recibido información de que la Policía anda actualizando la información de los sacerdotes. “Andan interrogándolos para confirmar si cambian de número de celular, si hay cambios dentro de los miembros de los consejos parroquiales, preguntan los nombres, apellidos, los nombres de los familiares, de los sacerdotes, número de teléfono, dónde trabajan, dónde viven, cuáles son las direcciones”, expuso Molina.

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Con el exilio de este sacerdote, ya suman 67 los que han tenido que salir del país y buscar un lugar seguro como consecuencia de la persecución del orteguismo. A la fecha, según contabiliza el informe Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, ya suman 255 religiosos y religiosas fuera de Nicaragua.

Detalladamente 67 se han exiliado, 98 monjas han salido, 48 destierros —entre ellos obispos, sacerdotes y seminaristas—, a 34 les han impedido retornar al país y nueve religiosos han sido expulsados.

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