El verdadero motivo que le impidió a una de las figuras de la temporada pasada jugar en la edición 20 de la LBPN

Una fuente le dio a conocer a LA PRENSA el motivo principal que impidió ver al poderoso artillero por segunda temporada en fila en la Liga Profesional

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El campeón que no volvió

RIVAS — La temporada 2024-2025 de la Liga de Béisbol Profesional Nacional (LBPN) arrancó con el habitual entusiasmo de los fanáticos nicaragüenses, ansiosos por revivir las emociones del pasatiempo nacional con su dosis de espectáculo, rivalidades y nuevas promesas del diamante. Sin embargo, una figura sobresaliente brilla por su ausencia, y no cualquier figura: Francisco Peguero, el cañonero dominicano que fue el motor ofensivo y alma competitiva de los Gigantes de Rivas, actual campeón del torneo, no está con el equipo. Y su ausencia ha dejado un hueco tan grande como su leyenda reciente en los diamantes pinoleros.

De héroe a incógnita

El año pasado, Peguero no solo fue el líder ofensivo de Rivas, sino el mejor bateador de toda la temporada. Bateó para .380 en la fase regular, conectó 7 cuadrangulares, remolcó 45 carreras y anotó 47 veces en apenas 49 partidos. Su consistencia al bate y temple en momentos clave fueron determinantes para que Rivas levantara el trofeo.

Y cuando llegó la hora de la verdad, en la Serie Final frente al poderoso Tren del Norte, Peguero mostró su mejor versión: conectó 11 imparables, cuatro dobles, dos jonrones y remolcó 10 carreras en cinco partidos. Fue el MVP indiscutido de la serie y la voz de mando del clubhouse. Más allá de los números, su liderazgo silencioso y su profesionalismo marcaron la diferencia.

Pero esta temporada, el Gigante quisqueyano no volvió. Su camiseta número 25 no se ve en el dugout, su swing feroz no intimida a los lanzadores contrarios, y su sonrisa no enciende el ánimo del equipo. ¿Qué pasó con Francisco Peguero?

Pasaporte, la barrera invisible

La historia detrás de su ausencia parece sacada de un guion absurdo. Un problema con su pasaporte, específicamente con su estatus migratorio en México, le impide salir del país. Está, literalmente, atrapado. No puede regresar a Nicaragua ni viajar a ningún otro destino internacional mientras no se resuelve una cuestión burocrática que ha escalado más allá del control del jugador y del equipo.

“Es frustrante. Él quiere volver, nosotros queremos tenerlo de vuelta. Estaba en los planes desde el día uno, incluso se anunció públicamente. Pero todo quedó en pausa. No hay forma de traerlo si no tiene su documentación lista”, dijo una fuente de la gerencia de Rivas bajo condición de anonimato.

Peguero está actualmente con los Venados de Mazatlán, equipo de la Liga Mexicana del Pacífico, donde ha disputado pocos encuentros en lo que va de la temporada. Su rendimiento, aún sin explosión, sigue siendo valorado por los técnicos: batea para .235, con cuatro hits en 17 turnos, tres carreras anotadas y dos empujadas. Nada mal para alguien que probablemente tiene su mente en otra parte: en Rivas, en Nicaragua, donde el béisbol también es su hogar.

Un viaje largo desde Naguabo

Francisco Peguero nació el 8 de junio de 1988 en Naguabo, República Dominicana, y desde muy joven mostró habilidades excepcionales con el bate. Firmó con los San Francisco Giants en 2005 y debutó en Grandes Ligas en 2012. Aunque su tiempo en las Mayores fue corto, dejó una impresión: 35 juegos, 21 hits, un jonrón, velocidad y defensa sólida en los jardines.

Tras su paso por MLB, Peguero se convirtió en un auténtico trotamundos del béisbol. Jugó en Japón con los Hiroshima Toyo Carp, en Venezuela con Caribes de Anzoátegui, en Colombia, en México y, por supuesto, en Nicaragua. En cada país, dejó huella no solo por su bate, sino por su humildad, su ética de trabajo y su respeto por el juego.

En 2019 fue líder de bateo en la Liga Mexicana de Béisbol con los Acereros de Monclova, bateando .370 y siendo nombrado al Juego de Estrellas. Ese mismo año, fue clave en la conquista del campeonato de Monclova, siendo elegido el jugador más valioso de la final.

La conexión con Rivas

Cuando llegó a Rivas en 2023, pocos sabían qué esperar. Ya veterano, con 35 años y una trayectoria extensa, muchos pensaban que venía a cerrar su carrera. Pero el dominicano se reinventó. Llegó en gran forma física, tomó el rol de cuarto bate desde el inicio y se ganó el respeto de sus compañeros y entrenadores.

“Desde el primer día sabíamos que era especial. Es el tipo de jugador que cambia el juego con un solo swing. Pero además, es el primero en llegar al estadio y el último en irse. Un verdadero profesional”, recuerda el coach de bateo de Rivas, Luis Gutiérrez.

En Rivas, encontró algo más que un equipo. Se adaptó al país, comió vigorón en el parque central, se tomaba fotos con los fanáticos y hasta jugaba dominó con los vecinos de su barrio temporal. “Ese hombre es de aquí ya”, decía entre risas doña Chilo, quien le alquiló un cuarto durante su estadía.

El impacto de su ausencia

En el campo, su ausencia ha obligado a los Gigantes a reestructurar su alineación. Han probado con otros refuerzos, pero el hueco que dejó Peguero es difícil de llenar. No solo por sus estadísticas, sino por su presencia. En momentos de presión, era el que calmaba a los jóvenes. En situaciones cerradas, era quien tomaba el turno más complicado.

“Cuando Peguero estaba en la caja de bateo, los pitchers se ponían nerviosos. Se notaba. Esa intimidación, esa experiencia… eso no se reemplaza fácil”, explica el lanzador abridor Gustavo Martínez.

La afición también lo extraña. En cada partido, hay pancartas que dicen “#25 Vuelve pronto” y camisetas personalizadas que evocan su nombre. Es más que un extranjero: se ha convertido en parte de la identidad del club.

¿Hay esperanza de que vuelva?

La gerencia de Rivas no ha cerrado las puertas. De hecho, están en contacto constante con el jugador y han ofrecido apoyo legal y logístico para ayudarlo a resolver su situación. Si se libera del problema migratorio, podría regresar incluso en la segunda mitad del torneo o como refuerzo de lujo en los playoffs.

Además, si Rivas logra clasificar nuevamente a la Serie del Caribe, como ocurrió en febrero pasado, la directiva quiere que él sea uno de los primeros convocados.

“Francisco es un Gigante, lo será siempre. No importa si se pierde media temporada o más. Cuando esté listo, aquí lo vamos a recibir como el campeón que es”, afirmó el gerente general del equipo, Ernesto López.

Un capítulo abierto

Hoy, Francisco Peguero entrena en Mazatlán, juega cuando puede, y mantiene la fe. Publicó hace poco en sus redes una foto con la camiseta de los Gigantes y la frase: “El que fue campeón, siempre lo será”. La publicación fue compartida por miles de fanáticos nicaragüenses.

La historia aún no está cerrada. Los mejores capítulos de su paso por Nicaragua podrían estar por escribirse. Porque en el béisbol, como en la vida, todo puede cambiar con un swing.

Deportes Gigantes de Rivas LBPN

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