Novela política no existe como tal. Existen hechos extraordinarios, y protagonistas singulares, que la historia pone a disposición de la novela, la cual, en último caso se alimenta de la realidad para crear otra paralela, criatura de la imaginación.
Cindy Fuller
Y última vez y nunca más y olvido
La plaza en fiesta se vacía de gente y Borges vuelve a mi memoria para recordarme ese atareado rumor de multitudes que se alejan
El sueño de la razón
Una “transición ordenada” fue negociada con la administración Carter, lo que implicaba la salida de Somoza, y la formación de un mando militar
Juego de espejos
Y mientras la lluvia de cenizas volvía negro el cielo y hundía bajo su peso los techos de las casas, un empleado público leía en las esquinas el decreto alumbrado por una lámpara.
“VolcáNica: Crónicas desde un país en erupción”, será presentado en el país por la escritora Sabrina Duque
Sabrina Duque entra con este libro en la lista de los cronistas y viajeros que a través del tiempo han escrito buena parte de la historia de Nicaragua como testigos de primera mano
El gabinete de los prodigios del doctor Del Toro
Del Toro ha sacado en préstamo de su casa en Los Ángeles su colección de monstruos, desplegada en espacios entre góticos y victorianos
La canción corregida
En una de sus estrofas, que es su clímax, la canción dice que María sueña a su hijo convertido en carpintero, como José su padre
El festival que se fue al exilio
Cuando la crisis nos obligó a cancelar el encuentro del año pasado, buscamos un escenario alterno y encontramos asilo generoso en Costa Rica de parte del gobierno del presidente Carlos Alvarado, novelista él mismo
El poder y la locura
El poder que enajena los sentidos es aquel que llega a tener carácter de absoluto, conseguido gracias a una revolución armada, un golpe de estado, un triunfo electoral avasallador
Abril es el mes más cruel
Abril es el mes más ardiente y desolado de lo que en Nicaragua llamamos el verano, ausencia de lluvias y el sol a plomo que funde las visiones del paisaje en una bruma candente