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La sazón se lleva en la sangre

La cocina nicaragüense tiene fieles guardianas. Mujeres que han hecho de cocinar platillos tradicionales, exitosas empresas Para Olga Downing y su hija Olga Cardenal, su mundo gira alrededor de recetas. Cada una percibe un gusto y sabor diferente por los alimentos. La señora Downing es experta en repostería y Cardenal en comidas. Por su buena […]

  • La cocina nicaragüense tiene fieles guardianas. Mujeres que han hecho de cocinar platillos tradicionales, exitosas empresas

Para Olga Downing y su hija Olga Cardenal, su mundo gira alrededor de recetas. Cada una percibe un gusto y sabor diferente por los alimentos. La señora Downing es experta en repostería y Cardenal en comidas. Por su buena cuchara, desde 1995 a 1997 han ganado premios en festivales gastronómicos y de reposterías que realizaban los hoteles Camino Real y Las Mercedes.

Hace 15 años, estas conocedoras del arte culinario, edificaron el negocio Servicios Gastronómicos Olga Cardenal. “Empezamos con postres. La que me introdujo en este negocio fue Cristina, mi hermana. Ella era la encargada de protocolo en el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), a ella le gustaba el sabor de mis postres, los cuales preparaba para la familia. Entonces en cada evento me decía que le hiciera una buena cantidad”, dice Downing.

Comenta doña Downing, que en ese tiempo tenía una tienda de artículos para niños y niñas, pero los postres le generaban mayores ingresos económicos. Además los clientes le pedían que ampliara el menú a platos fuertes, lo cual hizo. Su hija trabajaba como directora de Recursos Humanos en la Corporación de Turismo, decidió dejar su trabajo para unirse al negocio de su madre. “Empezamos en un patio pequeño, un lugar muy rústico, teníamos dos ayudantas, pero gracias a Dios y a nuestros clientes hemos crecido”, expresa Cardenal.

El menú de estas cocineras es amplio, se presta para cualquier evento social. Sólo en bocadillos abarcan más de 60 variedades. El menú está dividido en económico, ejecutivo, clase A y B.

“Aquí hay para todos”, comenta Downing. En julio cumplirá 80 años de edad y dice que “no hay nadie quien me saque de la cocina, ningún platillo sale, sin pasar por nuestras manos, porque esa comida por encima del sentido comercial tiene que salir con calidad. Con la comida y con la entrega puntual de nuestro servicio no se juega”, asevera.

Nosotras

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