14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Lionel Messi, el mejor jugador del Mundial y pieza clave en el éxito argentino. LA PRENSA

Lionel Messi en la cima del mundo, ¿qué dirán sus críticos ahora?

Argentina fue un equipo equilibrado y su portero Martínez fue determinante en las victorias, pero ¿hasta donde habría llegado sin los goles, las asistencias y la inspiración de Messi?

Lionel Messi dio el paso al frente que sus críticos le exigían y los dejó sin argumentos.

Aunque debió esperar hasta el crepúsculo de su grandiosa carrera y ser exigido hasta el sufrimiento en un monumental partido que dio emociones para todos, Messi terminó con el preciado galardón que le había sido esquivo entre sus manos y llevó a Argentina a donde Diego Maradona la había llevado, derribando el último muro levantado por los dudosos.   

La batalla de este domingo, en medio de un impresionante caudal de emociones, grafica a plenitud la carrera de Messi, quien en varias ocasiones atrás pareció cerca del título para al final terminar muy largo, dando fuerza a la percepción que ponía en duda su carácter en los momentos cumbres. Sin embargo, ahora su protagonismo no dio espacio a ninguna duda.  

Después de someter a Francia junto a sus compañeros a lo largo de 75 minutos, Messi tuvo que esperar el tiempo extra para volver a situar a su equipo al frente porque Mbappé utilizó dos minutos para borrar el déficit francés en el marcador. Y cuando volvió a marcar en el tiempo complementario, de nuevo Mbappé igualó la pizarra, llevando el juego a penales.

Y cuando llegaron los penales, Messi disparó primero por su equipo y acertó, al igual que sus compañeros Dybala, Lautaro Martínez y Gonzalo Montiel, mientras Dibu Martínez se agigantaba aún más para sepultar de una vez las intenciones de una Francia que se resistía a morir y que en más de una ocasión se salió de la tumba, pero ya no tuvo otra oportunidad.

Llegó entonces el momento del homenaje y la gran figura fue también Messi, quien levantó al cielo el único galardón que le hacía falta en su colección particular de trofeos, pero que es, además, el más grande, el más preciado, mientras cubre de orgullo a una nación en la cual quienes lo admiran son mayoría, pese a la idolatría hacia Diego Maradona.

En realidad, Messi no necesitaba este trofeo para ser considerado el mejor de la historia, pero quienes le llamaban “pecho frío” por su falta de éxitos con Argentina, ahora no tienen argumentos. Treinta y seis años después, Argentina regresa a la cima y lo hace de la mano, o del pie, de Messi, ese fantástico jugador que nos ha deleitado por más de dos décadas.

No sé qué se inventarán ahora sus críticos, pero seguro ya encontrarán algo para cuestionar la grandeza del rosarino, quien dejó huellas en la Liga Española y en la Champions League. Y ahora, también en las Copas del Mundo. Mientras ese momento llega, es tiempo de gozar a Messi, un muchacho que incluso ahora que no es tan joven, sigue disfrutando el juego.

El Messi de este Mundial de Qatar, ya no tenía esas arrancadas espectaculares, el tobillo eléctrico o aquella zurda paralizante, pero se presentó más sabio, más solidario y más grande, con esa visión colosal para anticipar y abrir espacios, sostenido por un estoicismo admirable que le permitió esperar este momento y ahora está en la cima, sin ninguna duda.  

Argentina fue un equipo equilibrado. Su juego fue en ascenso cada día. Después del susto con Arabia Saudita, se fue ajustando cada vez más hasta llegar en su mejor estado de forma a la Final ante Francia. Y claro, el Dibu Martínez fue esencial en todo el proceso, pero ¿hasta dónde habría avanzado este equipo sin los goles, asistencias y la inspiración de Messi?

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí