- Cortes románticos y telas estilo lencería son las tendencias en vestidos para el día y la noche
Camisones románticos y prendas lenceras resurgen al exterior con los rayos del sol.
La falda ibicenca, larga y de encaje se convirtió en la prenda imprescindible de la temporada el verano pasado. Ahora el vestido lencero de una pieza y en un blanco impoluto ha llegado para sustituirla.
Los diseños de los nuevos vestidos enagua recuerdan a los camisones de principios del siglo pasado que nuestras abuelas escondían pudorosamente bajo su ropa.
Para llevarlos con estilo, debes evitar formas que se ajusten excesivamente a tu cuerpo ya que las líneas de estos vestidos son fluidas y ya tienen de por sí suficiente volumen gracias a los fruncidos y los cortes a la altura de la cadera.
Los grandes creadores coinciden en presentarlos en su estado más puro, es decir, sin ningún tipo de complementos.
Vienen largos, cortos, con tirantes, lazos y volantes… Rematados por encaje y broderie. Las puntillas y los bordados suizos aportan un halo de romanticismo irresistible y los escotes de tirantes en V acentúan su carácter más lencero.
Destacan por sus finos tejidos como el algodón, la batista y la muselina, destinados a impregnar de volatilidad e inocencia a unas mujeres ultra femeninas durante los primeros rayos de sol del verano.
Viktor & Rolf transmite, a través de las sedas satinadas, toda la sensualidad de los camisones antiguos mientras que Balenciaga ajusta la cintura con un corte imperio del que parte una pieza de vuelo.
Fuente: Pedro Zozaya, de Vogue, www.vogue.es