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LA PRENSA/EFE

Carlos Fuentes

Hijo de padres diplomáticos, Carlos Fuentes, el más prominente de los narradores mexicanos modernos nació en Panamá, el 11 de noviembre de 1928. Estudió en Suiza y Estados Unidos. Luego vivió por diferentes períodos en Quito, Montevideo, Río de Janeiro, Washington, Santiago y Buenos Aires. En su adolescencia regresó a México, donde se radicó hasta […]

Hijo de padres diplomáticos, Carlos Fuentes, el más prominente de los narradores mexicanos modernos nació en Panamá, el 11 de noviembre de 1928. Estudió en Suiza y Estados Unidos. Luego vivió por diferentes períodos en Quito, Montevideo, Río de Janeiro, Washington, Santiago y Buenos Aires. En su adolescencia regresó a México, donde se radicó hasta 1965. El tiempo que pasó en su país marcó definitivamente su obra, inmersa en el debate intelectual sobre la filosofía de “lo mexicano”.

Su primer libro, Los días enmascarados, se publicó en 1954, y desde entonces Fuentes no ha dejado de preocuparse por la identidad mexicana y los medios adecuados para expresarla. Un hito fundamental en este clima de preocupaciones intelectuales, fue la fundación, en 1955 junto con Emmanuel Carballo y Octavio Paz, de la ya mítica Revista Mexicana de Literatura.

La repercusión que alcanzó con sus primeras novelas (La región más transparente, en 1959; y La muerte de Artemio Cruz, en 1962) lo proyectó como una de las figuras centrales del llamado boom de la novela latinoamericana. Al igual que los demás intelectuales que participaron de este fenómeno, su compromiso político y social ha sido, desde entonces, un rasgo fundamental de su carrera intelectual: “Lo que un escritor puede hacer políticamente —afirmó en un ensayo para la revista Tiempo Mexicano, en 1972— debe hacerlo también como ciudadano.

Fuentes es graduado en Derecho en la Universidad Autónoma de México y en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra (Suiza). Ha sido delegado de México ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, en el Centro de Información de la ONU en México, en la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM y en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Fue embajador de México en Francia (de 1972 a 1976) y jefe de la Delegación de México en la reunión del grupo de los 19 países en desarrollo participantes en la Conferencia sobre Cooperación Económica Internacional.

Figura central e indispensable de la novelística moderna en castellano, entre los títulos más importantes de la obra de Fuentes destacan: La región más transparente (1959), Zona sagrada (1967), Cambio de piel (1967), Terra nostra (1975), Cristóbal Nonato (1987) y Los años con Laura Díaz. Otros títulos suyos de especial significación podrían ser Agua quemada (1981), Gringo viejo (1985) y la reciente La silla del águila.

Fuentes mismo ha organizado su obra en un vasto árbol titulado La edad del tiempo, donde conviven sus novelas con sus libros de relatos y su prolífica labor de ensayista (que abarca desde el fundacional estudio La nueva novela hispanoamericana hasta el reciente En esto creo (2002). Ha recogido su obra suelta en numerosos volúmenes, tiene numerosos guiones cinematográficos y algunas piezas teatrales de gran originalidad (son notables, por ejemplo, sus obras El tuerto es rey, 1971, y Orquídeas a la luz de la luna, 1982).

Desde hace cuatro décadas, la vida de Carlos Fuentes es un periplo itinerante: lo mismo vive durante algunas temporadas en París que enseña en Princeton, Harvard, Columbia y Cambridge.

Su intensa vida académica se resume en los título de Catedrático en las Universidades de Harvard (USA) y Cambridge (Inglaterra), así coma la larga lista de sus doctorados honoris causa (por las Universidades de Harvard, Cambridge, Warwick, Essex, Miami, Chicago…).

Algunos de los premios y reconocimientos que ha recibido el escritor mexicano son: Premio Biblioteca Breve, el Premio Nacional de Literatura de México (México), el Premio Rómulo Gallegos, el Premio Alfonso Reyes, el Premio Miguel de Cervantes, el Premio Menéndez Pelayo en 1992, la Legión de Honor francesa en 1992, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1994, el I Premio a la Latinidad, concedido por las Academias francesa y brasileña de la Lengua, 1999, la Medalla de Honor Belisario Domínguez (que concede el Congreso de su país), y muchos otros.

La Prensa Literaria

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