14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Franz Galich. (LA PRENSA/Archivo)

Ficcionario inédito

Una muestra de las minificciones de Franz Galich en la que cultiva el minimalismo , la ironía y la precisión El cíclope Hay un ojo que me está viendo. Tiene varios días ¿U horas? ¿O años? ¿O segundos? Lo cierto del caso es que me mira. Pero lo peor de todo es que me llama. […]

  • Una muestra de las minificciones de Franz Galich en la que cultiva el minimalismo , la ironía y la precisión

El cíclope

Hay un ojo que me está viendo.

Tiene varios días ¿U horas? ¿O años? ¿O segundos?

Lo cierto del caso es que me mira. Pero lo peor de todo es que me llama. Sus enormes pestañas se mueven como pólipos.

Ahí está tirado, a la misma altura que yo, entre el seno blanco de la cama. Me está provocando, me incita, pero yo, por precaución me quedo quieto. A veces pienso que es por cobardía pero me abstengo de cualquier movimiento en falso. Incluso cualquier ruido bastaría para que me atacara. Su córnea inyectada de sangre palpita enfrente de mí. Su pupila brillante se me queda viendo fijamente, anhelante. Me quiere hipnotizar pero yo evito su mirada. Cierro los ojos y trato de concentrarme en otras cosas. No quiero ni pensar. Tomo un trago y trato de olvidar.

De sus costados se abren dos enormes alas; no, son brazos que me quieren atacar, asfixiar, acariciar. Me llaman. Es el gran ojo del cíclope. Es el ojo de Dios. Es el ojo del ojo. Es el ojo del centro del Universo. Es mi ojo en un espejo. Soy yo que me estoy mirando en un ojo. Me llama con su olor. La tempestad marina llega con toda su violencia a través de su célebre salobre olor.

Crustáceo de la faz del mundo, ya que me llamas presentaré combate.

Enarbolo la bandera del honor en el mástil de mi barco de locura y hundo mi ariete en el centro del ojo ciclópeo.

Edipo

Edipo Rey despertaba atormentado por dos cosas: una, la peste que asolaba Tebas; la otra, lo que la Esfinge no le quiso decir.

Despertaba sudando.

Yocasta, que dormía a la par, lo consolaba y lo cobijaba entre sus brazos.

Edipo se dejaba abrazar y acariciar hasta que resultaba besándola y ambos terminaban haciendo el amor.

Una noche tuvieron un sueño: Layo se les apareció. A Yocasta le dijo: Mátate.

A Edipo sólo lo vio y una nube oscureció su rostro; después de ese sueño ambos se volvieron taciturnos, silenciosos y temerosos de la sombra de Layo personificado en una cuerda que colgaba de una viga del palacio.

Por las noches, cuando sentían miedo, se consolaban haciendo el amor. El ciego Tiresias también vio la sombra de Layo que rondaba por Tebas. Una noche Edipo soñó que había vuelto a matar al Rey de Tebas y supo toda la verdad. Inmediatamente se lo comunicó a su madre, quien ya lo sabía pero que por seguir con el amante hizo caso omiso de la preferencia. Desde ese día dormían en alcobas separadas pero las visitas nocturnas continuaron.

Una noche después de hacer el amor; llegó Layo a la alcoba de Yocasta y le dijo: Hasta aquí ha llegado el hilo de tu vida; las Parcas están listas para cortarlo. Ella lo comprendió y se puso al otro extremo de la cuerda, se subió sobre la cama y se lanzó a su destino.

El buitre

— Mi castigo es peor que el de él. Yo heredé el oficio de mi tatarabuelo.

Lo que más me atormenta es saber que mis hijos van a tener que cumplir con el oficio que yo desempeño. Y ese infeliz que no se muere: ahí pegado a la montaña como si nada.

Hay días en los que he pensado en abandonar el oficio pero hay una fuerza que me lo impide. Los dioses no se imaginaron que ese tormento iba a ser peor para nosotros los buitres que para él. Pero lo más aterrador es que no se queja, sólo hace caras y gestos de dolor pero ni el más leve grito. Yo llego y hundo mi pico corvo en la carne dura del estómago: la sangre brinca y salpica mis ojos.

Prometeo

Después de la sentencia impuesta por Zeus a Prometeo, aquel se retiró a sus aposentos en el Olimpo. Ahí se dedicó a celebrar su triunfo sobre el dios rebelde, sobre el dios que no fue consecuente con su estirpe divina.

Prometeo fue encadenado al Cáucaso con unas cadenas forjadas especialmente para eso en los talleres Vulcano, S. A. Prometeo se resignó, pues había valido la pena el sacrifico. Él sufría mucho pero no decía nada. Entre los mortales había una mujer que lo veía desde la llanura de su soledad. La piedad, muy practicada entre los hombres, se adentraba en su corazón. Reunió a un grupo de gente y confabularon. Zeus, que todo lo sabía no se dio cuenta de lo que sucedía a causa de las dádivas de Dionisios.

Hay un mico en mi cuarto

Hay un mico en mi cuarto.

Desde la calle me viene siguiendo. Creo que me vigila. He llegado a la casa pero se zampó. Me encerré en mi cuarto y cerré todas las puertas y ventanas pero alguna dejé abierta porque se logró meter el micochompipe.

Cómo grita el desgraciado, me va a dejar sordo. El mico es un mico raro porque yo nunca lo había visto ni en la Aurora, ni en el Petén, ni en el museo de animales disecados, ni en ninguna parte. Sólo que sea un mico extranjero. Ahorita me está llamando, quiere que mate a ese que está dormido en mi cama.

“Matá a ese hideputa”, me dice y sonríe. Pero lo raro es que a ése que está dormido en la cama lo conozco: soy yo mismo: ¿Pero entonces por qué tengo la pistola en la mano? ¿Y si mato al mico?… Mico, miquito lindo, miquito maus, ¿dónde estás? ¿Qué hago frente al espejo, viéndote fijamente con una pistola en la mano y con un mico a la par que se sonríe?

¿Y si grito?

¿Y si lloro?

Mejor me salgo. ¿Pero a dónde?

A buscar al mico.

Pero si ahí está.

Entonces llamá a la Policía.

¿Para qué?

Porque me estoy volviendo mico. El mico se está volviendo yo y yo mico. Ahora aprovecho y lo persigo.

¡Aja mico pisado!, ahora el que te persigue soy yo. ¡Te voy a matar mico desgraciado!… ¡No mico, no disparés!

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí