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A pura fuerza de voluntad

Para Tatiana Toruño, traductora de profesión, hasta sus 26 años todo marchaba bien con su peso y apariencia, siempre se mantuvo entre 120 y 125 libras; sin embargo, desde hace tres años, su cuerpo empezó a cambiar, según ella por la vida sedentaria y los malos hábitos alimenticios. Cuando empezó a subir las primeras libras […]

Para Tatiana Toruño, traductora de profesión, hasta sus 26 años todo marchaba bien con su peso y apariencia, siempre se mantuvo entre 120 y 125 libras; sin embargo, desde hace tres años, su cuerpo empezó a cambiar, según ella por la vida sedentaria y los malos hábitos alimenticios.

Cuando empezó a subir las primeras libras ella no se preocupó mucho pero cuando fue subiendo de tallas (pasó de S a XL) y miró que las repercusiones no sólo se notaron en su apariencia sino en su salud, empezó a buscar una solución. “Empecé a sentir que me cansaba mucho, que las rodillas me dolían, en el trabajo tenía que subir hasta 70 gradas varias veces al día y eso me cansaba mucho”, recuerda.

Señala que las causas por las cuales llegó a pesar 152 libras fueron múltiples. Primero, porque no almorzaba a tiempo y generalmente se alimentaba de comida chatarra; por otra parte, cenaba muy tarde y por la falta de ejercicio empezó a retener mucho líquido.

Toruño afirma que lo primordial para lograr sus metas han sido la fuerza de voluntad y el deseo de sentirse sana y a gusto con su cuerpo, “lo más difícil es crearse la disciplina”.

Su primer paso fue buscar un centro especializado. Llegó a Weight Control Clinic, donde además de brindar tratamientos estéticos brindan asesorías nutricionales. “Después de un mes de estar en tratamiento me sentía muy bien y todo fue por mi fuerza de voluntad, empecé a usar ropa que tenía hace tres años, he logrado bajar 16 libras en dos meses y aún me faltan tres kilos, pero lo voy a lograr”, afirma.

“Todo está en la fuerza de voluntad, si me invitan a comer, bien, pero yo como sólo lo que me conviene, si voy a los restaurantes pido lo que haya de comida sana en el menú; si no, de nada sirve pagar nutricionista y tratamientos”, enfatiza.

Sus tratamientos fueron gimnasia pasiva, vendas frías y masajes reductivos. La dieta la seguirá porque ya se formó el hábito y todo sea por mantener bien su salud.

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