El Museo en sí consiste en la exhibición de un sustrato de lodo solidificado, a unos cuatro metros de profundidad del nivel que se sitúa el visitante, donde se aprecian impresas huellas de pisadas humanas y de animales (unas 12 personas, entre adultos y niños), probablemente cazadores-recolectores; además de huellas de animales, como aves zancudas y venados. Las huellas tienen cerca de unos siete mil años de antigüedad y se ubican en el período paleoindio. Su conservación ha sido posible debido a la ceniza volcánica que la cubrió y que sirviera de aislante entre las impresiones y las sucesivas capas de tierra que recibió. Las cenizas, agua, arena y el sedimento dieron origen a una amalgama que se conoce como tufa volcánica lo que ha hecho posible su conservación. En las instalaciones del Museo de Acahualinca posee una Sala de Paleontología, donde funciona el laboratorio de arqueología del Museo Nacional, en donde se estudian las múltiples evidencias antiguas y los diversos objetos arqueológicos procedentes de diferentes zonas del país. La otra sala, es donde se guardan en el Museo varias piezas arqueológicas e instrumentos de la época precolombina utilizados por los indígenas.Los horarios de atención: Lunes a Viernes de 9:00 a.m a 4:00 p.m. Entrada Gratuita.
Fuente: Julio León Báez.