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Claudia Ramírez Bustamante y sus hijas, Celia y Lorea González Ramírez de 12 y 8 años respectivamente.

¡A bailar se ha dicho!

El amor de las hermanas Celia y Lorea González Ramírez por el ballet nació desde que estaban en preescolar, donde existía una política de que todos los alumnos participaran en las actividades. Posteriormente, cuando pasaron a primaria, los profesores las seleccionaron para bailar en la revista cultural que celebran cada año y demás actos internos. […]

El amor de las hermanas Celia y Lorea González Ramírez por el ballet nació desde que estaban en preescolar, donde existía una política de que todos los alumnos participaran en las actividades. Posteriormente, cuando pasaron a primaria, los profesores las seleccionaron para bailar en la revista cultural que celebran cada año y demás actos internos. En vista de eso, sus padres decidieron promover su aptitud para el baile y optaron por matricularlas en Studio Danza Ilusiones cuando cada una cumplió los cinco años. “Creemos que la danza forma parte de la educación integral que debe de tener un niño. Nos motiva querer brindarles a nuestras hijas una educación completa”, dice Ramírez, quien labora como supervisora de ventas.

Celia ha participado en doce presentaciones, en el Teatro Nacional Rubén Darío y en hoteles capitalinos, así como en diferentes actos del colegio.

Además, las hermanas reciben clases de piano privadas en su casa cada martes. Han tenido tantos avances que pronto cambiarán de maestro. Ya logran tocar varias melodías y pueden tocar un Avemaría con acompañamiento.

Académicamente, son unas niñas muy aplicadas. El año pasado, Celia recibió un diploma de excelencia integral y Lorea también ha alcanzado promedios superiores a los 90.

“Como todas las niñas, a veces se desaniman pero las motivamos a ser responsables. Como padres creemos que definir un tiempo establecido para cumplir con las clases es parte de la responsabilidad que le transmitimos para seguir adelante”, expresa.

A través de las pláticas y los consejos, sus padres les han explicado que el ballet es una danza muy artística y profesional, y que puede ser importante en sus vidas. Actualmente, toman clases de ballet, jazz y acrobacias en Studio Danza Ilusiones. Además, ocupan su tiempo en cosas diferentes y útiles. Los lunes, martes y miércoles asisten a clases de ballet, los martes tienen clases privadas de piano y los sábados asisten a clases de inglés.

“Creo que es importante que la educación de los niños sea lo más completa posible, porque al participar en diferentes actividades, les ayuda en la parte intelectual y en la parte emocional”. La participación activa del padre y la madre ha sido muy importante en la formación de las bailarinas. Ambos comparten la idea de que la educación tiene que ser completa y se turnan para llevarles a prácticas. “Un consejo para los padres es que si deciden inscribir a sus hijos en una actividad, traten de motivarlos de que cumplan, enséñenles a ser constantes y responsables para poder ver resultados”, dice Ramírez.

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