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LA PRENSA/ARCHIVO

Entretenimiento sano

Con un simple entretenimiento, usted puede fomentar en su hijo valores como responsabilidad, constancia y ahorro Los niños pueden entretenerse de diversas maneras, deportes, juegos grupales, manualidades, paseos, excursiones, etc., como una forma de evitar la televisión y los videojuegos. ¿Quién no recuerda haber coleccionado cosas en la infancia? Las niñas, papeles de carta; los […]

  • Con un simple entretenimiento, usted puede fomentar en su hijo valores como responsabilidad, constancia y ahorro

Los niños pueden entretenerse de diversas maneras, deportes, juegos grupales, manualidades, paseos, excursiones, etc., como una forma de evitar la televisión y los videojuegos. ¿Quién no recuerda haber coleccionado cosas en la infancia? Las niñas, papeles de carta; los niños, canicas, chapitas; llenar algún álbum de figuritas, tener todas las calcomanías de una promoción.

Una alternativa de entretenimiento es fomentar que su hijo coleccione algo, ya que esta actividad despierta el interés de los niños fácilmente, de esta forma tendrá una opción más para entretenerse, además de brindar otros beneficios como la responsabilidad, ya que el niño aprende a cuidar y valorar las cosas.

También aprenden sobre organización y concentración por que se debe ser ordenado y organizado para poder controlar la colección; en el caso de figuritas, por ejemplo, cuáles son las que se tienen, las que tienen repetidas y las que faltan.

El ahorro es otro de los beneficios porque si lo padres dan una mesada a los niños, ellos deberán priorizar sus gastos para así poder adquirir los objetos de su colección.

Aprenden a ser constantes, ya que es la única manera de poder completar la colección; además, se les facilita socializar porque fomenta el contacto con las personas. Tener una colección es un tema de conversación para el niño sea con adultos o con sus amigos, hasta los niños tímidos se tornan extrovertidos al hablar de su colección y los incentiva a tener mayores relaciones interpersonales al tener la necesidad de intercambiar cosas con otros niños.

El gusto de coleccionar surge alrededor de los seis años, los niños coleccionan tapas, juguetitos que vienen por la compra de alguna cosa. Entrando a la pubertad, entre los nueve y diez años, el gusto puede cambiar a colecciones de hojas secas, insectos, monedas y hasta estampillas.

Es muy importante que sea su hijo el que escoja lo que quiere coleccionar porque así el niño pondrá todo su interés en la actividad.

Fuente:www.webdelbebe.com

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