En Bellísima, las cosas se ponen candentes. Primero, a Pascual le da un ataque de celos porque mira que Victoria está saliendo con André, pero ni modo, parece que para él ya no habrá oportunidad, por ahora a Victoria sólo le interesa destruir a André o al menos eso es lo que quiere hacernos creer, la verdad es que se ve demasiado interesada en su presa y a veces hasta perturbada. Julia, Gigí y hasta Nikos están dudando de su fortaleza para resistir a los encantos del seductor malvado o, lo que es peor, temen que su poder la seduzca pero ella jura que tiene todo bajo control, a mí me da la impresión de que va a pasar de cazadora a presa, porque el malvado es demasiado seductor y hábil.
Por otra parte, Alberto no se aguanta la felicidad porque Mónica al fin aceptó casarse con él pero, como dice un dicho popular, el zorro pierde el pelo, pero no las mañas porque un día antes de su boda, Rebeca le celebra una despedida de soltero, muy especial, sólo con ella y cae redondito en sus redes; por supuesto, la tonta de Mónica ni se imagina que dejó a un manso corderito por un traidor de carrera. Mientras tanto, Cemil ya dejó de andar llorando y quejándose por los rincones, ahora ha empezado a vivir y siente que ha cambiado.
Nikos está muy feliz porque, además de mirar a su hijo feliz, el amor de su vida, Julia, empieza a fijarse en él, por lo pronto se van a cenar y a recordar los momentos que vivieron en Grecia. Al parecer, todo el ambiente está listo entre ellos para empezar una bonita y duradera relación.
La que no sabe en qué problemas se está metiendo es Suzi, está empeñada en ser una modelo famosa y no quiere escuchar razones. Thaís trató de advertirle del peligro que corre pero ella, influenciada por María José, cree que todo lo que le dice es por envidia. La pobre Thaís no haya cómo hacer. Por un lado, siente que es su responsabilidad impedir que dañen a Suzi pero, por otro lado, no quiere decir la verdad porque está enamorada de Narciso y piensa que él la va a rechazar cuando descubra su verdad; entonces Nikos, con la ayuda de Victoria va a hacer que los mafiosos caigan.
Murat no haya que hacer, se muere de vergüenza ante su familia porque el malvado de André compró sus deudas de juego y ahora le puso un plazo para que desaloje la casa. Pero Katina descubre todo lo que está pasando y va donde André a implorar para que no los desalojen pero lo único que consigue es el plazo de un mes. No obstante, por ese plazo André es reprendido, aún no sé por quién pero estoy segura de que es Bía porque, como sabemos, lo único que quería era ver en la calle a Murat y a su familia para poder vengarse de él.
Al parecer, a André se le van a acabar los días de gloria, le llega la notificación de que los socios minoritarios se unieron y aunque tiene la mayoría de acciones, sabe que le van a entorpecer sus planes en cuanto a la toma de decisiones, así que no le gusta nada la idea pero luego se tranquiliza porque cree que tiene de su lado a Victoria, aunque todavía no está muy convencido del cambio de Victoria, pero está dispuesto a averiguar qué tiene entre manos.