14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Somos una mezcla triple

El novelista Sergio Ramírez cuestiona por qué en nuestra cultura aprendimos a bendecir esa ausencia de lo africano como una cualidad, a señalar lo mulato como un defecto. Y a ignorar lo que había de mulato en Rubén Darío El negro era lo maldito. La raza inferior, todo por la piel desde viejos tiempos. Al […]

  • El novelista Sergio Ramírez cuestiona por qué en nuestra cultura aprendimos a bendecir esa ausencia de lo africano como una cualidad, a señalar lo mulato como un defecto. Y a ignorar lo que había de mulato en Rubén Darío

El negro era lo maldito. La raza inferior, todo por la piel desde viejos tiempos. Al negro y al mulato por su color se les veía como animales y eran la fuerza bruta para realizar trabajos de esclavo, señales claras lo demuestran las crónicas históricas, los espeluznantes relatos de cómo era la vida para los negros y los indios hace dos siglos.

El escritor Sergio Ramírez con su reciente libro Tambor olvidado, manifiesta una abierta polémica, esa visión de antaño de los pueblos a favor del blanqueo y en contra de reconocerse herederos de la cultura afrocaribeña, india y mulata.

Es a partir de estos ensayos que cabe preguntarse y debatir el por qué los nicaragüenses y centroamericanos hemos ocultado y no asumimos que venimos de una cultura diversa, rica y diferente.

¿Por qué no reconocemos la herencia negra?

Trato de explicar en el libro que los esclavos africanos no tenían en sí mismos una identidad compartida, porque venían de diferentes etnias y geográficamente distantes, unas de otras. No hablaban el mismo idioma, y se encontraron aquí como extraños entre sí mismos.

Por otro lado, padecieron bajo la represión de los tiempos coloniales, el desprestigio y degradación de ser africano y sobre todo esclavo, el ser negro. Hay una maldición creada sobre la raza negra del mito occidental desde los tiempos de La Biblia. Entonces, se va produciendo una forma de autodefensa de estas etnias, que era el esconderse, y el mejor lugar que encontraron fueron las comunidades indígenas.

Culturalmente de los indígenas y negros vinieron a salir Los Sambos, que en un tiempo fueron más numerosos que los mulatos. Después en mis investigaciones busco cómo se realiza este mestizaje triple y en el fenotipo nicaragüense queda muy patente el mulato, el color oscuro de la piel, es decir, los rasgos del mulato de herencia africana que viene por las mismas imposiciones coloniales, y es ahí donde aparece otro ocultamiento, ya no del negro sino del mulato que es parte del proceso de blanqueo.

Es una negación de lo que uno viene a ser. Por qué lo africano pasa a ser maldito desde el momento de la fusión étnica. Explico en el libro, lo africano se deshace, eso ocurre mucho en las culturas subalternas, que se esconden y disfrazan para poder sobrevivir.

¿Históricamente todos han querido ser blancos?

Sí, del prestigio de ser no sólo criollo sino español, además, todos los que tenían una gota de sangre negra estaban impedidos de los cargos eclesiales altos o en la milicia, pero sobre todo en la burocracia.

Aquéllos que tenían esta mancha de origen, buscaban cómo borrarla en los procesos burocráticos que se seguían, para tener cargos públicos y poder.

¿Cómo nace ese interés lo que usted llama una cultura de triple mezcla?

Siempre he tenido una pasión de indagar sobre la identidad latinoamericana y particularmente sobre la identidad nicaragüense, empecé en Alemania, cuando escribí un ensayo que se llamaba Balcanes y Volcanes, en él propuse explicar cuáles eran los factores culturales que habían forjado la identidad cultural centroamericana y nicaragüense, tomando en cuenta los elementos importados y exóticos, europeos en estos países pobres y en formación, en el momento en que estaban buscando su identidad política a través de sus nuevas repúblicas y de los sistemas representativos.

Lo digo en mi libro, es un tema del que no se habla, es un tema vedado tácitamente, no hablamos del contenido africano y de la participación africana en nuestra cultura. Hay gente que me dice, que se extraña mucho que este elemento exista. La verdad, es que muchos cuando nos vemos frente a un espejo participamos del fenotipo de mulato africano, y no lo vemos, porque tendemos a borrarlo, por este antiguo proceso del blanqueo, de lo que tiene prestigio y de lo que no tiene prestigio.

¿Por qué no se abordan estos temas?

Porque quienes escribieron la historia eran los que no querían ser mulatos.

¿La herencia negra está en el habla, la comida, la religión?

La marimba, por ejemplo, es una de las señales de nuestra identidad nacional, es de origen africano y pasó por la cultura indígena como propia, es así que la asumimos. Esto también ocurre con los bailes de negros y chinegros, la música de El Güegüense, y muchos. También está presente en la religión, en la comida, con el mondongo y el vigorón, la carne en vaho, que es parte de nuestra habla de todos los días.

¿Realmente cuál es el aporte de la cultura africana?

Creo que está en aprender que somos más ricos de lo que creíamos, que somos la mezcla de tres culturas, obviamente somos más diversos que ciertos países antillanos. Tenemos un abanico en nuestra cultura y vemos a Nicaragua como un todo, tenemos a África por los dos lados, en el Pacífico y en el Atlántico. La diversidad es tal que la riqueza cultural está en el Pacífico y en el Caribe, es una cultura muy rica y la deberíamos apreciar.

¿Rubén Darío oculta las raíces de su cultura negra?

Darío se presenta en Europa como el gran renovador, los escritores españoles lo acusan de negro y de mulato. Pero ahí está la partida de nacimiento de Rubén, sus abuelos son reconocidos como mulatos en el Registro Civil. Para muchos viene a representar una afrenta que Darío sea descendiente de mulatos, cuando de esta manera representa nuestra verdadera identidad.

Mulato de oído sedoso, es como lo llamaba Salvador Rueda, porque a Darío lo señalan como indio y por mulato, por negro. Valle Inclán lo llamaba negro, Salvador Rueda le llamaba mulato, y lo contradictorio es que el mismo Rubén lo compartía, porque él no consideraba que los negros tuvieran talento creador, sino que los veía como gente de una inteligencia muy subordinada, por eso anoto esta frase de en qué se acusa de mulato de oído sedoso como que eso era un defecto, y el hecho de tener un oído abierto con muchos ritmos que los españoles no escuchaban, eso es lo que abrió a la lengua española una serie de cambios profundos y es la lengua española que tenemos hoy la que Darío inventó.

Y nosotros, en general, en nuestra cultura, aprendimos a bendecir esa ausencia de lo africano como una cualidad, a señalar lo mulato como un defecto. Y a ignorar lo que había de mulato en Rubén. Basta ver un retrato suyo para darse cuenta viendo sus rasgos.

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí