- Mar de los Sargazos es la sexta exposición de pinturas de Leopoldo Navarro que reúne una serie de explosiones de color, estados de ánimo en un mar íntimo y renovado
La pintura de Leopoldo Navarro evoca explosiones, destellos de colores que anidan entre los intensos rojos y magenta de su próxima exposición en el Estudio Galería Efrén Medina, el 23 de abril, a las 7:00 p.m., la sexta muestra que reúne 24 pinturas del artista.
Cerca de admirar el sorprendente colorido de sus obras en acrílicos sobre lienzo. Leopoldo cuenta más allá de ese Mar de los Sargazos que da título a su muestra y expresa con el pincel, ese mar interior, agitado por los vaivenes de la vida.
El artista alude con el nombre de su muestra a ese mar extraño, donde la luz es casi mágica y abunda el plancton vegetal, esas algas que se asoman, como luz que lo ilumina todo, resplandor que invade los sentidos y nos sugiere formas nuevas, sueños, sensaciones, estados de ánimo, alegría y soledad. Todo en movimiento como la vida de las algas en comunidad y soledad.
En el mar de Leopoldo vive el caos, bien pueden caber en ese estilo abstracto e impresionista, unas barcas que se alejan, otras que esperan, algunas que no llegan a puerto seguro. Sobreviven en él todo lo arrastrado por el mar de sus angustias que terminan en explosión que es la íntima belleza que encontramos en el arte.
En el Mar de los Sargazos, también se reúnen los laberintos donde algas, peces, soles y musas van a encontrarse, la sensualidad de las algas induce a imaginarnos las siluetas femeninas que danzan entre sueños y entre colores que el artista recrea de manera sublime.
Con estos mares Navarro nos conduce por el ilusionismo con una metáfora que nos sugiere que en el Mar de los Sargazos hay otro mar que es Leopoldo, donde navegan las musas aparecidas y misteriosas, las barcas, los paisajes y la rosa marina que crece en forma de espermatozoide que fecunda el silencio y profundo mar.
Ya nos dice el poeta panameño Manuel Orestes Nieto sobre este mar:
Créeme: el Mar de los Sargazos existe.
Donde el pez y la rosa
nacen de la misma explosión de la vida;
donde el ala de la mariposa y el girasol,
al surcar el aire,
fundan el rito del silencio de la esponja;
donde la rosa de los vientos
tiene su epicentro de espuma y nube.
Un mediodía de humo y savia
en el corazón de un caracol milenario.
Un esplendor en la proa de un buque insignia.
Un lunar de especies inigualables
esparcidas en las sienes de los hombres,
de sus pirámides y sus geometrías,
de sus números arábigos y sus secretos cuneiformes,
de su miedo a morir a solas
y su certidumbre de poder navegar los años
cada vez que una estrella se alinea al milenio de sus destellos.
Créeme: el Mar de los Sargazos fue el inicio del mar.
No lo olvides.
Precisamente Navarro al igual que Orestes Nieto desentraña ese mar, lo hace suyo en permanente explosión para renacer en otras formas y colores de vida con un arte sólo creado por las aguas que lo rodean.