Es un alimento completo que no puede prescindir por la cantidad de sustancias nutritivas que aportan al organismo.
Si hay intolerancia a la lactosa, es decir al azúcar de la leche, se puede sustituir por la ingesta de yogurt, que además de tener vitaminas, calcio, proteínas y minerales, tiene bacterias vivas que protegen la flora intestinal, protegiendo la salud digestiva.
Se recomienda evitar el consumo de crema porque está compuesta por la grasa de la leche.
Es popular la creencia de que son los bebés quienes más necesitan la leche, pero en realidad, para ellos la leche es el alimento exclusivo y lo tienen asegurado con la lactancia materna.
Son los preadolescentes y adolescentes quienes necesitan más leche, ellos requieren el doble de calcio que los niños menores y la leche es el alimento que más fácilmente puede llenar sus necesidades diarias de calcio.
Los adultos
Lo mismo para las mujeres embarazadas. Los adultos de la tercera edad, hombres y mujeres, también necesitan tomar leche o consumir productos lácteos (yogur, queso, cuajada, quesillo) porque la leche es fuente de calcio, por lo tanto debe ingerirse diariamente desde el nacimiento a través de la leche materna y a lo largo de la vida a través de la leche vacuna y derivados, para formar y mantener la masa ósea y prevenir la aparición de osteoporosis.
Rica y nutritiva
La leche se compone de agua, proteínas, lactosa, enzimas, grasas, vitaminas, minerales y sales minerales. Entre las vitaminas que encontramos en la leche están: vitamina A, vitamina D, vitamina B1 y vitamina B2. Los minerales son: calcio, sodio, potasio, magnesio y hierro. Entre las sales minerales encontramos, nitratos, sulfatos, carbonatos y fosfatos.
Las grasas son muy variables dependiendo el tipo de leche que se consuma desde leche entera (con toda su grasa), leche parcialmente descremada (dos por ciento de grasa) o leche totalmente descremada (menos del uno por ciento de grasa).
Combinaciones ideales
Puede combinarse con frutas y cereales, de esta forma se obtiene excelente desayuno.
La leche puede consumirse sola o puede usarse para diversas preparaciones; para licuados, batidos, elaboración de helados, postres, flanes, budines, tortas, salsa bechamel (blanca), etc.
Es ideal usarla como sustituto de la crema para disminuir el consumo de grasa.
Consumo recomendado
Para niños menores de un año la recomendación es lactancia materna.
De 2 a 8 años se necesita dos vasos de leche al día.
De 9 años en adelante se necesitan tres vasos o porciones de leche al día (puede sustituirse por queso o yogur).
Las mujeres embarazadas necesitan cuatro porciones de leche o sus derivados.
A partir de los 2 años de edad se puede consumir leche parcialmente descremada (dos por ciento) como prevención de problemas cardiovasculares.