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Una niña imita a Sor María Romero en Granada. (la prensa/ m. esquivel)

Sor María Romero, patrona de los Catequistas

Hoy se celebra Día del Catequista nicaragüense Qué loable labor la del catequista, especialmente la del catequista nicaragüense, donde hay grandes desafíos es necesario el valor y la esperanza de la comunidad. Los senderos nuevos y los arduos cometidos de la evangelización se podrán afrontar en comunidades que emprenden una conversión pastoral radical y viven […]

  • Hoy se celebra Día del Catequista nicaragüense

Qué loable labor la del catequista, especialmente la del catequista nicaragüense, donde hay grandes desafíos es necesario el valor y la esperanza de la comunidad. Los senderos nuevos y los arduos cometidos de la evangelización se podrán afrontar en comunidades que emprenden una conversión pastoral radical y viven una profunda experiencia espiritual. Valor y esperanza son las manifestaciones más elocuentes de las profecías de nuestras comunidades.

¡Ésta es la hora del valor! Hay que lanzarse a mar abierto, afrontando los desafíos de hoy, y hay que ir hacia aguas profundas cultivando una intensa experiencia espiritual y favoreciendo la calidad de nuestra acción.

¡Es hora de la esperanza ¡el tiempo que estamos viviendo se proyecta hacia las grandes responsabilidades que nos esperan hacia la aventura gozosa de echar las redes para la pesca y experimentar la potencia de la Palabra de Dios.

Sor María Romero nos ha dejado como preciada herencia la entrega confiada a María.

Ella es nuestro auxilio, es la Madre de la Iglesia, es la ayuda de los jóvenes y de los pobres. Es la Madre de todos.

Sor María nos recuerda cómo empezó su Catequesis en Costa Rica. A través de una interesante conversación con una de sus ex alumnas.

El 25 de diciembre, de dos en dos, las jóvenes hicieron la primera prueba, en diversos barrios o suburbios. Sor María estaba en la capilla rezando, contemplando al niñito en las pajas, como los pobres…

Las jóvenes misioneras por aquella primera vez se contentaron con una “feliz Navidad”, regañando una melcocha y algo más sustraído a su propio festín, (la melcocha es un gran caramelo de azúcar y malta, muy nutritivo y de la cual todos están ávidos). Las palabras, sin embargo, son como la cereza: quién sois, cómo os llamáis, de dónde venís. Así se fue haciendo la presentación y el conocerse fue bueno y los jóvenes tuvieron la satisfacción de oír decir “Volved”…

Anochecía cuando llegaron al colegio. Sor de María llegó de la Iglesia y escuchó… luego dijo: “Este día nosotras no lo olvidaremos nunca: primero, por lo que conmemoramos hoy: el nacimiento del hijo de Dios hecho hombre. Y segundo, porque el divino sembrador ha salido junto a vosotras, que habéis sabido sacrificar la dulzura de Navidad en familia, y sembrar el granito de mostaza, que se convertirá en árbol frondoso, cuyas ramas se extenderán tanto que los pájaros del cielo podrán hacerse sus nidos”.

Después de muchos caminos, vimos una casita, rezamos tres Avemarías, llamamos. Allí vivía una viejecita, la saludamos con mucho cariño y rezamos juntas, con ella, tres Avemarías y la invitamos a rezar cada día el Rosario”. Un precioso legado les ha dejado Sor María Romero a los Catequistas nicaragüenses, que cada 13 de julio celebran su día, sin olvidar que Sor María les dio la pauta.

La autora es licenciada en Ciencias de la Educación

Religión y Fe

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