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Para la escritora y crítica de arte Mercedes Gordillo, el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal es el escultor más sobresaliente del siglo XX. Esto fue expresado en la exposición de fin de siglo, celebrada a finales de 1999 en el Teatro Nacional Rubén Darío. En ese momento el poeta recordó sus primeros pasos en la escultura, con sus muñequitos de barro, los que exhibió en una muestra promovida por el curador del pabellón de arte de la OEA, José Gómez Sicre, en Estados Unidos.
Tanto el poeta Julio Valle-Castillo como el arquitecto Porfirio García Romano, han valorado significativamente la presencia de Ernesto Cardenal, tanto como escultor, en madera y metal, con temas de la flora y fauna de Solentiname; y como promotor de arte.
Uno de sus diseños estructurales y de carácter monumental se levanta sobre la loma de Tiscapa, y es la silueta negra en metal del General Sandino, ejecutada en los años noventa. Dicha gigantesca efigie de sombra ha sido reproducida en varios lugares del país, por ejemplo en Masaya se encuentran dos en sus entradas, otra se encuentra en Managua, en la Colina 110, en el reparto Los Laureles.