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La danesa Edith Gron fue discípula de Amador Lira, trascendiendo a plenitud como mujer y artista, formándose en un estilo de rigor académico.
En 1944 mereció el Premio Nacional Rubén Darío, en escultura por su pieza Amo muerto. Realizó estudios posteriores en Nueva York, madurando su calidad, realizando muchas obras de la forma humana, pasando de lo clásico formal, a la abstracción, simplificación y estilización geométrica (influencia de Contantin Brancusi, 1876-1957, escultor de origen rumano precursor del arte abstracto), encaminándose hacia un eclecticismo de gran riqueza.
Entre sus monumentos públicos está El progreso, frente al Palacio de Comunicaciones; la pieza del fundador de la Cruz Roja, Henry Dunan, 1970; el Cacique Diriangén, que se encuentra a la entrada del parque Las Piedrecitas; un Andrés Castro, en San Jacinto; el General José Dolores Estrada, en la salida de la carretera a Granada; el General Emiliano Chamorro; y unos 25 o más bustos y cabezas de Rubén Darío, y de otros poetas como José Martí, Azarías H. Pallais, Carlos A. Bravo, y el periodista Gabry Rivas.