- La pasión por la música de un auténtico genio del pentagrama de proyección mundial, orgullo de Rusia
El 21 de julio del presente año se cumplió el primer centenario del fallecimiento de Nicolai Rimsky-Korsakov, una de las figuras más destacadas e influyentes en la historia musical de Rusia y del mundo. Además de ser reconocido como un prolífico compositor, y un maestro en el campo de la armonía y la orquestación, Rimsky-Korsakov es admirado por su especial predilección por la música rusa inspirada en temas folclóricos, religiosos, fantásticos, y de inclinación orientalista, así como por su decidido interés en recopilar aires nacionales.
Nacido el 18 de marzo de 1844 en Tikhvin, 200 kilómetros al este de San Petersburgo, en el seno de una familia aristocrática, y rodeado del ambiente que caracterizaba a la Rusia zarista de la segunda mitad del siglo XIX, el niño Nicolai mostró desde una temprana edad su afición por la música y sus aptitudes en ese campo. No obstante, por indicaciones familiares ingresó a la Escuela de Ciencias Matemáticas y de Navegación en San Petersburgo, antes de enrolarse en la Armada Imperial Rusa. Fue entonces cuando Rimsky-Korsakov inició su educación musical recibiendo lecciones de piano y asistiendo a conciertos, siendo atendido por profesores que lo impulsaron en el desarrollo de su vocación.
En noviembre de 1861 tuvo lugar un acontecimiento que marcó en forma determinante el rumbo de la carrera musical de Rimsky-Korsakov. En esa fecha el adolescente Nicolai, a sus 17 años, conoció a Mily Balakirev (1837-1910), un joven músico que lo alentó a dedicarse a la composición y a enriquecer sus conocimientos en áreas afines. A través de Balakirev, Rimsky-Korsakov conoció igualmente a otros tres músicos contemporáneos, todos los cuales eventualmente llegaron a formar el célebre grupo conocido como Los Cinco. Ellos fueron César Cui (1835-1918), Alexander Borodin (1833-1887) y Modest Musorgsky (1839-1881). A excepción de Balakirev, ninguno de los cinco era por entonces músico profesional y tampoco había logrado una formación académica. El grupo de Los Cinco tenía como meta producir un tipo de arte musical específicamente ruso, separado de aquél que imitaba vieja música europea basado en una enseñanza de conservatorio al estilo occidental. El grupo proponía el desarrollo de un movimiento que fuera auténticamente ruso, más ligado al suelo nativo que la academia clásica, y que produjera un tipo de música rusa con rasgos distintivos propios. Fue así que ellos lograron despertar a Rusia a la realidad de sus tesoros musicales, además de enriquecer éstos con algunas obras maestras propias.
Durante su estancia en la Armada, y parcialmente en el trayecto de una travesía mundial que duró tres años, Rimsky-Korsakov compuso su primera sinfonía, la cual fue estrenada en diciembre de 1865 bajo la dirección de Balakirev. Un episodio ficticio de la estancia de Rimsky-Korsakov en la Armada sirvió de tema a la película La canción de Scheherazada (1947), interpretada por Jean-Pierre Aumont, con adaptaciones musicales de Miklós Rózsa.
En 1861 a los 27 años, Rimsky-Korsakov fue nombrado profesor de Composición Práctica e Instrumentación en el Conservatorio de San Petersburgo, un cargo para el cual, él confesaba, no estaba preparado por su desconocimiento de los elementos científicos de la música. Sin embargo, gracias a su brillante inteligencia y al intenso estudio, así como a su experiencia en los aspectos prácticos de la composición, logró superar sus deficiencias y pronto llegó a ser, como él mismo lo dijo, uno de los mejores alumnos del Conservatorio. Ahí permaneció por muchos años más y dejó como legado valiosos textos sobre orquestación y armonía. Entre sus alumnos, que llegaron a ser posteriormente distinguidos compositores, se cuentan Alexander Glazunov. Sergei Prokofiev, Igor Stravinski, Ottorino Respighi y Arthur Kapp. Otros como Mikhail Ippolitov-Ivanov y Dmitri Shostakovich, también recibieron la influencia de Rimsky-Korsakov y de otros miembros del grupo de Los Cinco.
A raíz de la muerte prematura de Musorgsky y Borodin, Rimsky-Korsakov se dedicó a revisar la partitura del príncipe Igor de Borodin, y a arreglar Una noche en la árida montaña de Musorgsky. Igualmente rescató del limbo del olvido Boris Godunov, también de Musorgsky, haciendo tocables y audibles sus oscuras bellezas. Por otro lado, Rimsky-Korsakov conoció en 1886 a otro gigante de la composición musical rusa: Pyotr Ilyich Tchaikovsky, con quien conservó una relación profesional respetuosa a pesar de sus diferencias en formación musical, pues Tchaikovsky era un producto de la formación académica europea.
El legado musical de Rimsky-Korsakov es muy amplio, y está centrado principalmente en las quince óperas que compuso, las cuales están basadas en melodramas históricos, cuentos de hadas y leyendas, y el folclor nacional. Estas óperas forman parte del repertorio musical actual ruso, pero son poco interpretadas en Occidente. Sin embargo, algunas partes de ellas son familiares para la audiencia occidental. Entre éstas se cuentan La danza de los acróbatas, de Snegurochka (Snowmaiden); La procesión de los nobles, de Mlada; Canción de la India, de Sadko; El vuelo del abejorro, de El zar Saltan, e Himno al sol, de El gallo de oro. No obstante, las obras más conocidas de Rimsky-Korsakov en Occidente son sus composiciones orquestales. Entre ellas destacan Capricho español, La obertura de la gran pascua rusa, y la suite sinfónica Scheherazada, bellas obras extraordinariamente originales y de brillante colorido, especialmente esta última, que es considerada un ejemplo del orientalismo ruso. Respecto a La obertura de la gran pascua rusa, su autor escribió: En esta obertura se combinan evocaciones de las profecías evangélicas con un cuadro de la fiesta de pascua, con sus regocijos paganos. En ella se reproduce el legendario y gentílico aspecto de la fiesta; la transición del misterioso y sombrío atardecer del Sábado de Pasión al licencioso júbilo pagano-religioso de la mañana del Domingo de Pascua.
Este auténtico genio musical, de proyección mundial y legítimo orgullo de Rusia, falleció el 21 de junio de 1908 en Lyubensk, 200 kilómetros al sur de San Petersburgo. Sus restos, al igual que los de los otros miembros del grupo Los Cinco, descansan en esta ciudad, en el cementerio Tikhvin del Monasterio Alexander Nevsky.