14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Detenida pero avanzando. Grabado. Robert Barberena de la Rocha. LA PRENSA/ CORTESÍA

El segundo cajón del aparador

Cuando quiero llorar me escondo en el segundo cajón del aparador. Entre el arrugado mantel bordado a vainica y un rosario de cuentas desgastadas. Allí nadie ve que ha muerto mi sonrisa ni el musgo, ya amarillo, que brotó de mis solitarias manos. Allí mis gritos se mezclan con el fuerte olor a naftalina. Y […]

Cuando quiero llorar

me escondo en el segundo cajón del aparador.

Entre el arrugado mantel bordado a vainica

y un rosario de cuentas desgastadas.

Allí nadie ve que ha muerto mi sonrisa

ni el musgo, ya amarillo,

que brotó de mis solitarias manos.

Allí mis gritos se mezclan

con el fuerte olor a naftalina.

Y no hay ojos que reclamen respuestas,

miradas sentenciosas

que anuncien fracasos.

Allí, afónico el dolor,

termina por evaporarse.

Impasividad

Permanezco sentada en el sillón

mirando el tiempo

mientras miles de personas

cruzan las innumerables calles que parcelan esta ciudad;

mientras los trenes, llenos de prisa,

realizan sus monótonos trayectos,

para cumplir formalmente con las estadísticas;

mientras el mundo gira en una sola dirección

y sacos de plegarias son enviadas al cielo por e-mail

y las personas se miran y se tocan.

Pero yo dejo pasar los segundos, los minutos, las horas…

que ven nacer y morir personas;

los segundos que, en diferentes países,

ven nacer y morir los días a destiempo

y sentada en mi sillón, desgastando los relojes,

lloro la impasividad que me tocó

en aquel fatídico sorteo.

(Guadalajara, 23 de junio de 2000)

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí