- Poesía nicaragüense
Dejo la victoria en el silencio
Y la humildad en las palabras.
El destino de mí ha hecho
Un cruel humano en vida falsa.
Lloran las nubes y duermen las estrellas,
El sol alimenta la tierra fecunda
Y caen sensibles a mis pies.
¡El silencio me tortura, me mata!
El abismo de la misericordia surge
Igual que el paradisíaco firmamento.
La falta de voz, la falta de ternura,
El candor de la bella palabra hace falta.
Sin voz el alma se proyecta en el sepulcro blanco.
Sin ruido el mundo se detiene, se inmortaliza.
Me absorbe el enigmático sentimiento,
A un rincón oscuro de donde nadie ha regresado.
Y veo en los ojos del olvido
La causa por la que muchos han sufrido.
El tiempo se detiene, el espacio se consume
Grito al cielo y la voz cautiva rechaza el deseo.
El suspiro de la mañana se lleva la ocasión,
Pues ha caído el rayo de Zeus en lo laico
Y el traidor animal ha hablado.
De esta forma, el amanecer parece tormento,
De lo que más temo, el silencio de la muerte.
Amanda
Eres el deseo pendiente
Que yace dentro de mí
Esto es lo que mi corazón siente
Y lo dedico para ti
Qué mujer más amorosa
De hermoso cabello y labios de rosa
Cuyas manos tan tiernas y así tan divinas
Tocan el cielo azul, qué manos más finas.
No creo en un amor sin exceso
que no venga de voluntad
que con el más simple beso
podría esto durar una eternidad.
Tus ojos se elevan sobre el firmamento
Son de brillante y dulce resplandor
Este es mi gran sentimiento
Oh! ¿A esto se le llama amor?