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LA PRENSA/ARCHIVO

Tiranía

Poesía nicaragüense Sus libros de poesía incluyen Las constelaciones de la historia (1983), Burning the Old Year (1984), For the Unborn (1986), From the Country of Thunder (1990), Paisagem com uma vela e abelhas assírias (1995), Fuego que engendra fuego (2000), y Escanciador de pócimas (2003). Traductor de Rubén Darío: Selected Writings, O poeta do […]

  • Poesía nicaragüense

Sus libros de poesía incluyen Las constelaciones de la historia (1983), Burning the Old Year (1984), For the Unborn (1986), From the Country of Thunder (1990), Paisagem com uma vela e abelhas assírias (1995), Fuego que engendra fuego (2000), y Escanciador de pócimas (2003). Traductor de Rubén Darío: Selected Writings, O poeta do desterro de João da Cruz e Sousa, Poet in New York de Lorca, The Angel of Rain de Gastón Baquero, Seven Trees against the Dying Light de Pablo Antonio Cuadra, entre otros libros.

Los soles de todos mis días se amasan

en el horizonte, y ahora, menos vitales

que el amor, me arrancan de tu abrazo

hacia un cielo incendiando su pasado.

Los soles de todos mis días circulan

por mi cintura. ¿Por qué destruir este plexo solar

o salir a vivir la libertad de la muerte?

Asustada rueda de nervios, retrocedo

bajo una luz tan oscura que puedes sentir

la distancia entre nuestras manos.

Cielo anaranjado

Y siento como un eco del corazón del mundo

que penetra y conmueve mi propio corazón.

Rubén Darío

Dicen que los perros ladraban esa noche sin viento

cuando insomne la tierra murmuraba

alguna cosa incontrolable y oculta:

los primores temblores de la melancolía.

Se estremeció la faz de piedra en la pesadilla

donde yo no era nadie sino nada,

mientras arriba se levantaban plegarias

entre las ruinas de la Segunda Venida.

¿Qué corazón ausculta este reino vacío

cuando la guerra asciende, iluminando la Tierra?

El mío. El tiempo que vino vendrá

para aferrarme la tendida mano granítica:

vivir en ese borde apocalíptico

y aliarme a la hondura del abismo.

Para el aniversario de su muerte

Cada año

las últimas fogatas

no le hacen señas

cuando pasa por ese día

porque él es fuego

en los rifles de los que portan

su nombre

de los que han visto su palabra

no su silencio

emprender un viaje

como luz telúrica y viento astral

baqueano incansable

en las montañas de la noche

Entonces aún

se encuentra en la muerte

como en el viviente tejido

de sus seguidores

no está sorprendido

por la tierra invadida

ni por el amor de una mujer

que se llama Blanca

ni por un tirano sinvergüenza

como hoy el veintiuno de febrero

cuando siente las primeras gotas de lluvia

en su sombrero gris

cuando oye el canto de las balas

y comienza ese derrocamiento

jamás agacha la cabeza ante nadie.

León

Los vehículos militares paran en El Calvario.

el ejército avanza incómodo

bajo el sol tropical: la ciudad de León

sólo le pertenece de día. La gente aprendió

de los muertos un nuevo idioma

para los tejados nocturnos.

Mientras en mis sueños

hago el amor con una mujer vestida de llamas

y los guantes negros del miedo,

las calles del artista di Chirico se llenan

con un vacío que manosea todas las puertas cerradas.

Siento escalofríos cuando voces metálicas me despiertan.

En el patio un loro llora como un niño

que ha perdido su casa para siempre.

La Prensa Literaria

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