He escrito antes sobre grasas dietéticas, y hoy quiero empezar a desarrollar una serie de artículos sobre grasas beneficiosas. Hoy en día, para muchas personas, la palabra grasa tiene una mala connotación, pero, ¿sabe usted que hay una especie de grasa que se llama ácidos grasos esenciales, compuesto de grasas que son beneficiosas y que se debe consumir en la dieta en cantidades adecuadas?
Las grasas beneficiosas o grasas buenas para distinguirlas de aquéllas que en abundancia dañan al cuerpo, ayudan en la producción de sustancias prostaglandinas, las cuales trabajan en la regulación de la frecuencia cardiaca, la coagulación de la sangre, la fertilidad, la concepción, la inmunidad, y la presión arterial.
En niños, las grasas beneficiosas ayudan en la formación de los nervios y juegan un papel en el desarrollo intelectual de éstos.
Para mantenernos sanos la dieta debe incluir ciertas grasas esenciales y beneficiosas, pero desafortunadamente la abundancia de comida chatarra nos entrega muy poco de las grasas beneficiosas, por ejemplo omega-3, y por el otro lado, nos dan demasiado de las grasas omega-6. El desequilibrio entre las grasas omega-3 y omega-6 causado por la dieta es un factor importante en la génesis de varias enfermedades crónicas.
Ejemplos de fuentes dietéticas de las omega-3 son pescados del agua fría como macarela, salmón o bien las semillas de calabaza, de girasol, nueces, queso de soya, espinaca, y hojas verdes de la planta mostaza.
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