Es triste y doloroso, ver cómo día a día se carcome nuestra identidad cultural. Ver por ejemplo, cómo una danza nacional la convierten en un show folclórico, manoseado por el corógrafo, que en lugar de rescatarla, la adultera, y le da al espectador gato por liebre.
Y qué decir del anuncio de la cerveza junto con las máscaras de El Güegüense o la gigantona, dándonos el mensaje televisivo, de que la cerveza es también parte de nuestra identidad cultural.
Si comparamos León con Managua, sobre todos aquéllos que vivimos en la vieja Managua, nos damos cuenta que la capital ha tenido las más grandes de las pérdidas y es su identidad de ciudad, su ser cultural.
El problema deriva de la valorización de lo que es la cultura popular, que debemos de entenderla como una práctica social, como un bien ideológico y espiritual de todos. Porque nos integra, nos socializa, nos unifica como barrio, como ciudad, como pueblo.
Por lo tanto debe de ser una política de todo gobierno tener una política cultural que beneficie a nuestro pueblo, creada sus condiciones, preservarla, promulgarla, valorarla como una base fundamental de relación, de integración sociocultural.
En este camino, la actuación del Instituto Nicaragüense de Cultura, que tiene como prioridad la cultura popular, entendida ésta como la vida de nuestro pueblo, su expresión de ser, de sentir, de su pensar, es hasta el momento el más alto de sus méritos. Son muchos los proyectos que las diferentes instancias del INC han trabajado en esta hermosa obra de apoyar y promover el arte popular.
El Premio Nacional de Coreografías El Güegüense, que desarrolló junto con la Unesco, de una obra cimera y vital de nuestra identidad, en cuanto significa un legado lingüístico, artístico, musical, danzario, dramático e histórico.
La formación del Programa Nacional de Literatura, que está dirigido, no a los escritores de reconocida trayectoria nacional, sino a noveles; quienes participaron en talleres, encuentros y recitales, y que finalizaron en una convocatoria para la publicación de sus obras poéticas y narrativas. La Red Nacional de Bibliotecas en los diferentes municipios del país, en beneficio de sus usuarios.
La cultura popular es base de nuestra vida, en cuanto nos da un rostro de pueblo, junto con el paisaje geográfico de nuestro país. Ella es nuestro legado histórico, la que debemos de preservar, para heredarla con orgullo a las próximas generaciones; es por eso que la cultura popular no es un lujo, sino una necesidad.