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LA PRENSA/CORTESÍA/GALERÍA CODICE

Las musas descarnadas

El joven pintor Diriangén Mejía en su primera muestra en Galería Códice refleja el mundo de las mujeres, la pérdida y la frustración Diriangén Mejía no utiliza como medio en la comunicación de sus pinturas la perfecta descripción de la anatomía humana. Sin embargo, lo suyo son figuras humanas. Aunque no retratos de alguien con […]

  • El joven pintor Diriangén Mejía en su primera muestra en Galería Códice refleja el mundo de las mujeres, la pérdida y la frustración

Diriangén Mejía no utiliza como medio en la comunicación de sus pinturas la perfecta descripción de la anatomía humana. Sin embargo, lo suyo son figuras humanas. Aunque no retratos de alguien con nombres y apellidos, Pero sí, retratos. Retratos productos del miedo, de la soledad, de la ausencia. Nada que refiera la posibilidad de un ser de un espacio o un tiempo definido. Figuras de personas idas. Vagos recuerdos de algo que fue, y todavía no ha partido. O peor aún, cuerpos deshabitados que están, aunque nunca regresaron.

Acerca de las razones de sus expresiones hay un escrito de Diriangén Mejía que nos ilustra: “Cuando te vas hacia el norte nunca terminas de estar preparado, siempre llevas el temor en la manga, a flor de piel. A medida que se deja la familia, los vecinos, el barrio… El duro mal sabor en la garganta se convierte en una gran fuerza tenaz. Ahí no hay nacionalidades, color ni lenguas, no existe el escudo ni la bandera, no hay ley que te ampare, sólo merodean violadores, asesinos y asaltantes de tu alma”.

Estamos ante obras productos de una tragedia. La de los inmigrantes de uno y otro lado del mundo. Estamos ante el producto del retrato de las insatisfacciones. “La representación de un contenido simbólico de que antes eran” – nos dice Diriangén. Piltrafas, despojos “heridos por la enfermiza, insaciable e incapaz pobreza de nuestros pueblos”. Aquellos que dejan aquella tierra que los vio nacer para terminar siendo esculpidos o escupidos, por las circunstancias de otros aires…

Èsta es la primera exposición individual de Diriangén. Su título de viudas refiere, más que a mujeres, la pérdida y frustración. Son éstas las expresiones estéticas de un autor que hoy inicia para ir en un futuro inmediato, más allá de sus fronteras. Son caminos como el de sus inmigrantes largos y tortuosos. Sus propósitos están en expresar plásticamente a su opinión y a la generalidad de valores. Más desde ya, el final de sus pasos es lo que hace el camino de su obra. Veamos, pues, la primera página de este libro que ya se pinta en el presente.

La Prensa Literaria

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