14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Folclor, gentes y tradición forman parte de las imágenes reunidas de Sylviane Sénescal. LA PRENSA/CORTESÍA.

Memoria de las cenizas

La fotógrafa francesa Sylviane Sénescal recrea a los nicaragüenses en sus tradiciones, danzas, folclor y vida a finales de los años setenta e inicios de los ochenta Ver Galería de Fotos Sylviane Sénescal ya no es la veinteañera fotógrafa aficionada y maestra que vino en los años setenta enviada por el Gobierno de Francia a […]

  • La fotógrafa francesa Sylviane Sénescal recrea a los nicaragüenses en sus tradiciones, danzas, folclor y vida a finales de los años setenta e inicios de los ochenta

Ver Galería de Fotos

Sylviane Sénescal ya no es la veinteañera fotógrafa aficionada y maestra que vino en los años setenta enviada por el Gobierno de Francia a impartir clases de francés a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en Managua.

En un breve viaje al país después de 29 años ha regresado con una muestra de su fotografía, escenas que ha podido capturar de aquellos años.

Una época en que Sénescal vivió al filo de dos importantes procesos históricos, la caída del gobierno de Anastasio Somoza Debayle y la Revolución Popular Sandinista.

Sylviane comenta en breve que la única información que sabía de Nicaragua era por estudios universitarios en lengua y cultura a la par de sus estudios de francés como lengua extranjera, es decir francés para extranjeros.

“Sabía de Rubén Darío, de su geografía, volcanes, lagos, islas, de sus terremotos, eso era lo que conocía de Nicaragua”, dice.

LA MAESTRA FRANCESA

Viví y trabajé en Nicaragua de septiembre 1974 a diciembre 1980 enviada por mi gobierno para dar clases en el departamento de francés de la UNAN. Venía de Francia donde daba clases de francés a estudiantes y adultos extranjeros en la Universidad Paul Valery de Montpellier”, recuerda.

Y agrega que “era mi primer trabajo en el extranjero, después viajé por cinco países más y así pasé veintitrés años fuera de Francia. Pero estar en Nicaragua marcó mucho mi vida, recién llegada en 1974 traída por el huracán Fifí, los nicas me abrieron sus puertas, sus baúles llenos de recuerdos de su historia, de su cultura, de sus antepasados, de su tierra. Sus riquezas, y eso bastó para que se quedaran en mi corazón”, recuerda la fotógrafa.

Su muestra de fotografías expuesta en la Casa de los Tres Mundos de Granada reunió parte de esas emociones capturadas a finales de los años setenta e inicios de los ochenta.

Mirada a la que Sénescal ha llamado; Memoria de las cenizas, expuestas en más de veinte fotografías en blanco y negro.

Según la fotógrafa es la muestra que recrea la mirada dulce y traviesa de los niños, la música de los ancestros, los indígenas que se congregan para danzar en sus fiestas, la cerámica, los caminos que conducen a la misteriosa y mágica Isla de Ometepe.

LA NICARAGUA INTENSA

De igual manera está presente “la Nicaragua intensa que me tocó vivir”, los pueblos blancos, las montañas, fiestas patronales, el teatro callejero, mercados y niños que hacen sus propias identidades, la huella de la guerra y la insurrección como una marca entre la gente entre los vestigios”.

Y cuenta que abrió los cajones de su vida de nómada buscando entre las fotos de Kenya, Hungría, Rusia, Etiopía, Yemen, Chipre y ahí estaban las fotos de Nicaragua de cuando vivió parte de esa Memoria de las cenizas donde se guarda la memoria del fuego. De aquel fuego que nos consume por dentro, pero que a la par nos hace vivir.

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí