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Lola Montes terminó sus días en Nueva York en 1861, cuando fui a ver a mi hija Karen, aproveché para buscar su tumba, la encontré en el Cementerio Greewood de Brookling, N.Y. donde me tomé esta foto. LA PRENSA/CORTESÍA.

Detrás de la ruta de Lola Montes

En una visita que realicé una tarde del 2003 en su residencia al doctor Alejandro Bolaños Geyer, me retó que le preguntase por cualquier personaje que yo creyera que pudo haber pasado por la Ruta del Tránsito de Nicaragua, a mí se me ocurrió el nombre de una mujer que revolucionó las costumbres del oeste […]

En una visita que realicé una tarde del 2003 en su residencia al doctor Alejandro Bolaños Geyer, me retó que le preguntase por cualquier personaje que yo creyera que pudo haber pasado por la Ruta del Tránsito de Nicaragua, a mí se me ocurrió el nombre de una mujer que revolucionó las costumbres del oeste americano en esos años de la fiebre de oro, la célebre y controversial bailarina y vedette Lola Montes.

Lola era irlandesa, su verdadero nombre era Elisa Gilbert, pero le gustaban los nombres y bailes flamencos españoles, así adoptó ese sugestivo nom de guerre: Lola Montes.

Un día el rey de Bavaria Luis II en un baile en Palacio Real en Munich en octubre de 1847, al notar entre los invitados a una dama con singular picardía, seguridad y belleza, se acercó a ella y le pregunta: “¿Es usted española?, Nicht, responde la bella. “Es usted argentina o mexicana”, “Nope”, le responde coquetamente, el rey insiste: “¿de donde es usted? ella finalmente responde: “Soy internacional”

La amistad de Lola y el Rey progresó, y aumentó peligrosamente, y para no cansarles el cuento, solo les digo que el Rey le consiguió el título de Duquesa de Lansfeld, después vino la Revolución del 1848 que se expandió a toda la Europa monárquica. Luis perdió la corona, mientras que Lola se escabulló a Suiza y después se embarcó hacia América.

Lola Montes arribó a San Francisco procedente de Panamá el 22 de mayo de 1853. Vivió en San Francisco, Sacramento, Grass Valley por tres años y seis meses vivió en Australia.

En noviembre de 1856 regresó a Nueva York por vía de Nicaragua.

Lola Montes arribó a San Juan del Sur proveniente de San Francisco el día 14 de noviembre de 1856 en el vapor Orizaba, atravesó Nicaragua con la Compañía de El Tránsito y embarcó en San Juan del Norte con destino a Nueva York en el vapor Tennessee el cinco de diciembre de 1856 (Estuvo 21 días en Nicaragua).

Lección:

Alejandro me convenció que tenía los mejores récord de la Ruta del Tránsito, especialmente de travesías de damas atrevidas como Lola. Ese día nos reímos. Como se hacía tarde yo me despedí, pero doña Patricia, me pidió que me quedase más tiempo, pues a Alejando le gustaba hablar de “esas cosas” de historia, y nos sirvió unos sandwich con café negro.

Al llegar tarde a casa, no hallaba yo cómo explicarle a Mausi, que me atrasé con Alejandro hablando acerca de muchachas vagas.

La Prensa Literaria

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