- Comunicarse a través de los sentidos. Ése es el propósito de la escultora nicaragüense Marisa Tellería cuando sus manos trabajan el yeso o la fibra de vidrio para crear sus piezas, hoy reconocidas tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica
Tallando Silencios, es una exhibición y estudio de los últimos 10 años de la obra visual de Marisa Tellería que reúne dos períodos de su arte explorando espacios interiores-exteriores con esculturas, pinturas, dibujos, fotografías, videos e instalaciones, abstraídas y llevadas al limite de sus expresiones minimales y esencia conceptual.
Según la artista, sus obras escultóricas e ideas sobre la apreciación del arte han venido evolucionando, desde los espacios tridimensionales físicos, hacia nuevos espacios sicológicos, ambiente y situación, al usar materiales como una forma anti-escultórica, permitiéndole una nueva lectura y percepción tanto a ella como al espectador de la imagen u objeto tratado y depurado.
Tellería, estudió escultura en Florida International University, de Miami; y Virginia Commonwealth University, Richmond. Ha expuesto en reconocidos museos y galerías de Nueva York, Washington, Miami y el Caribe. Sus obras forman parte de prestigiosas colecciones de arte de Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian Institution; del National Museum of Women in the arts; y de Weatherspoon Museum, Greensboro.
¿Cuál es la concepción de la muestra dentro del espacio de exhibición?
Esta muestra es la trayectoria de 10 años. Hay obra de cuando enfocaba espacios interiores de la casa, cocina, baños; espacios más próximos a mi entorno. No hago una anotación específica de lo que es casa y su rol doméstico; sencillamente pongo atención a los objetos y materiales de sus espacios interiores.
Entonces, en el primer piso expuesto en la sala de exhibición de la Alianza Francesa, refleja ese periodo; en cambio en el segundo expresa espacios exteriores, realizados a mi regreso a Nicaragua, y enfoco el paisaje.
Por ello, es que brinco a la fotografía, video y dibujo; empiezo a tener un contacto más directo con la naturaleza. Estos periodos fueron de mucha observación, viendo la luz, el reflejo y movimiento de la luz en el agua. Hasta hace un año es que salto a traducirlo a espacios tridimensionales; sin embargo mi interés hoy son las esculturas que enfocan el paisaje, que ocupa un espacio físico; eso lo podes notar en la selección de materiales y como las pongo.
¿Estás afirmando que los materiales que usas dan un concepto diferente de la noción tradicional que se tiene de escultura?
Fíjate, que estoy usando materiales como una forma anti-escultórica, es más que un espacio, es un ambiente, una situación. La fisicalidad de las obras tridimensionales como los cojines o sofá, ya no se ven, porque fueron tratados y alterados con otros materiales, que ahora se extienden en un espacio determinado y pensado para ello.
Son espacios, para mí como sicológicos, más que físicos, a como lo eran antes; y la obra está mas depurada. El interés es llegar más a la esencia de las cosas; a veces me preocupaba, porque se me estaba volviendo invisible la obra. Eso me interesa. Me interesa lo que pasa inadertido.
Estás llegado a una etapa que llamas la invisibilidad de la obra. ¿Esto nos sugiere una forma de arte interior, sicológico, de contemplación?
Si. Son obras de contemplación, y reflejan donde estoy en mi vida personal. No me interesa pintar el mar entero con toda su historia, como se recuerda la sensación en ese momento. Por lo que hay un aspecto como mucho más espiritual en la obra.
Mira, cuando trabajo, no lo hago con una narrativa; en general la intención es traducir en mis ambientes e instalaciones la sensación que tuve frente a una imagen, y lo que hago es destilarla y retransmitirla en esencia lo que fue en ese momento.
Hay mucho concepto y teoría detrás de la obra, pero no es eso lo que me interesa comunicar. A mí lo que me interesa, en cuanto a mi audiencia, es evocar los sentidos y que ellos busquen su propia lectura. Ojalá logre introducirlos a un estado contemplativo, donde aprecien la obra en otro nivel, adentrándose y alcanzando respuestas a través de sus propias experiencias.
Algunas de tus obras tienen una relación contraria a lo que nos dicen los sentidos. Por ejemplo: un sillón que es suave es de fibra de vidrio, una malla de cedazo que es dura, es una ola.
Es que niego la materialidad. Quiero liberarla de su etiqueta. Hay mucha dualidad entre mis materiales; sin embargo son tratadas de una manera delicada; por ejemplo: en los cojines o sofá, el material es de fibra de vidrio y yeso de hidropiedra, pero produce al verla una sensación de suavidad; y hay otros materiales que parecen suaves y dan la imagen de dureza, siempre está esa dualidad. Lo que quiero es desprender los conceptos de las cosas, que ya no veas cedazo, vendas, hisopo, gasa, algodón, nylon, que el nombre de la etiqueta sea desprenderla, o vista de una manera visceral.
¿En la composición de tus obras desprendes esos conceptos al dar una nueva sensación, o percepción de los sentidos?.
Lo que quiero, es crear una situación donde el espectador experimente una sensación física, que vea lo que está viendo, y no la intelectualice.
¿Estás exhibiendo en esta muestra un diálogo con el espectador?
A mí me interesa más la historia del espectador. La mía es el punto de partida, porque a través de ella alcanzo la suya, o encuentro algo en común.
¿Existe semejanza y diferencia conceptual, de tus obras reunidas, en esta década, fuera y dentro de Nicaragua?
Es la misma búsqueda. Empecé enfocando el ambiente de la casa, los objetos domésticos, y todo lo que tuvo contacto con mis manos, y obtuvo resonancia mayor. Es decir, buscar que a las cosas se le quiten las etiquetas, que puedan ser apreciadas de una manera más pura, por su intensidad física y no intelectual. El estado contemplativo siempre ha existido.
Pero la experiencia de Nicaragua, es cuando coge velocidad. Significó ir a un espacio exterior, al paisaje, al cielo, agua, la luz, el color, pero todo con base al paisaje. No le veo mucha diferencia en la aproximación, son los lugares de enfoque los diferentes, pero es una misma mano, una misma sensibilidad, una misma necesidad de querer entender las cosas de la manera más pura posible, sin tantos conceptos, ni justificación posible. Pura experiencia y vivencia.
Con relación a las composiciones, percibo predominantes las geometrías simples y los tonos pasteles.
No es que esté prendida de los tonos pasteles, ni que quiera hacer una afirmación de Kitsch, o que tenga una preferencia, porque me causan algo en especial, no. Estos son tonos que encuentro en los cielos y los reflejos del agua. En cuanto a la formalidad de las obras si le pongo atención, también intento llevar formas primarias para borrar el gesto o forma de la imagen, pero no quiero despistar.
Por ejemplo la sensación de agua, la idea es comunicarla en su mínima expresión. Es algo de minimalismo, pero aclaro que no me interesa como movimiento en su totalidad; mi proceso lo niega, mis trabajos son hechos a mano, en el caso del minimalismo, son a máquina. Mis materiales son muy libres, lo que sea que funcione para la idea. No soy purista con mis materiales.
Muchas obras conceptuales centran sus ideas en un cuestionamiento social o político. Tus obras parecen alejarse de tales términos.
Todo arte es político; pero un mensaje político específico no lo tiene, no me interesa la política. Me aburre muchísimo venir con un discurso político; más bien mi búsqueda es concebir una obra universal, que no se limite al regionalismo, político o personal.
Me interesa abarcar un público mas amplio donde podamos hablar de cosas que todos sentimos, independiente del color, genero, y otras limitantes; lo que quiero es liberarlo, y unificar cosas que tengamos en común.
Ojalá lograr que las personas pongan mayor interés en poner su atención a cosas de lo desapercibido, de lo cotidiano, que se nos vuelve invisible, desde una cosa tan pequeña, que puede ser un material que tenés en tu casa, hasta un cielo que ya no lo ves.