El ocaso, que es único,
en espejos de tiempo se repite.
Aunque no hay nada sucesivo. Todo
ocurre a la vez. Mañana,
hoy y ayer.
En el herrumbroso pasado
se desgrana el amor.
En canciones
que llegan del fondo de una vieja cantina;
en la memoria de aquellos pecados ahora
secos como higos deshidratados.
Y ahí está de nuevo tu figura contra el cielo
amarillo de otro septiembre,
mirando ausente el mar
¡oh confiada de olas
y de cielos!
mirando el fantasma del adolescente insepulto,
mirando las cenizas en el viento
que no llegan a la espuma,
al eterno resoplido, y que en las rocas
húmedas se estampan para siempre.
Cadejo
El Cadejo no es un cuento.
Nace del furor y el miedo.
Camina como trotando
en las veredas bajo la luna.
en tenebrosas noches nos acompaña
espíritu-animal,
ángel-perro
no es ni primo de Cancerbero.
El Cadejo es bueno,
y rima
porque el Cadejo es medio pendejo
A veces llora con pequeños aullidos
llamando a su Cadeja.