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Iván Uriarte, Mario Santos, Álvaro Urtecho y Ramiro Lacayo, cuatro poetas de una generación. LA PRENSA/Cortesía

Mario Santos publicará trilogía poética

Hasta ahora la mayor parte de la obra del escritor y poeta ha permanecido inédita. Ahora anuncia la publicación de su trilogía poética con más de 100 poemas cada uno: Andante, Conversión de verano, y Moderato. Si bien el poeta Mario Santos (1947), ha publicado dos libros, uno de cuentos Los Madrugadores, y otro de […]

  • Hasta ahora la mayor parte de la obra del escritor y poeta ha permanecido inédita. Ahora anuncia la publicación de su trilogía poética con más de 100 poemas cada uno: Andante, Conversión de verano, y Moderato.

Si bien el poeta Mario Santos (1947), ha publicado dos libros, uno de cuentos Los Madrugadores, y otro de poesía Espejo verte, la mayor parte de su obra literaria sigue inédita, entre ella su extensa trilogía poética Resguardo y asombro; su novela La Mística; y sus piezas de teatro Monólogo y el Artista.

A pesar de su delicado estado de salud y de navegar contra vientos en busca de editores para sus nuevos libros, el poeta Santos, quien se autocalifica como “hijo de la generación de los hippies” de los años sesenta, confía que saldrán a luz, dándose así a conocer la plenitud de su obra literaria.

En esta entrevista, el poeta Santos nos habla de su época de poeta rebelde, de la influencia de poetas norteamericanos, mexicanos y nicaragüenses que se refleja en su poética y narrativa, de sus visitas al cafetín La India; y de los poetas y amigos de su entorno como Leonel Rugama, Beltrán Morales, Francisco Santos, y Camilo Ortega a quien ve como un “apóstol” y no un guerrillero.

Asimismo nos da su visión de poesía, de sus libros y poemas de juventud, que abordan el tema del amor y el relato social, así como sus plaquettes (folletos de poesía). Dichos textos fueron publicados en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Perú, Bolivia y Nicaragua.

“Somos hijos de los hippies”

Tus dos libros, uno de poemas y otros de cuentos, escritos en tus años de juventud, y algunos poemas dispersos es lo que se conoce de tu vida literaria surgida en la década de los años sesenta. ¿Tenés pensado publicar algo nuevo?

He estado trabajando con mucha paciencia, en busca de la calidad y madurez literaria, y he logrado reunir mi trilogía poética de más de 100 poemas cada uno: Andante, Conversión de verano, y Moderato. Y su título conjunto es Resguardo y asombro. Quedan excluidos los otros dos libros anteriores publicados y las plaquettes de poemas dados a conocer en los años setenta: De modo que parecemos pétalos ofendidos, Todos somos como un espejo para cada uno de nosotros y Mario Santos, Poemas.

Vos pertenecés junto a tu hermano Francisco, y los poetas Beltrán Morales, Ciro Molina, Edwin Yllescas, y Francisco de Asís Fernández, entre otros a la Generación Traicionada de los sesenta, ¿Cómo percibís a estos poetas en su tiempo?

Estos poetas marcaron una pauta extraordinaria, porque somos hijos de los hippies, y recibimos la influencia de los grandes poetas norteamericanos como Ezra Pound (de la Generación perdida), Walt Witman, Eliot Thomas, Edgar Allan Poe, Emily Dickinson y otros. Conocimos literatura de estos poetas en gran parte por las traducciones de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal que hacían de su poesía.

También quiero señalar que un sitio que marcó una pauta en mi poesía fueron las tertulias culturales que se daban en el cafetín La India. Este sitio era como el “Montparnasse”, donde se daban cita poetas de la calidad de Beltrán Morales. Ahí llegaba el “cumiche de la Vanguardia”, Juan Francisco Gutiérrez, que está olvidado. También asistían los poetas Pablo Antonio Cuadra, Coronel Urtecho, Ernesto Mejía Sánchez, y Carlos Martínez Rivas.

Vos comenzaste a publicar en La Prensa Literaria. Y en 1971 publicaste en San Salvador el poema De modo que parecemos pétalos ofendidos.

Así es; pero años antes, en 1968, el Poeta Pablo Antonio Cuadra me publica en La Prensa Literaria mi primer cuento titulado Marlene. Años después viajo a América del Sur, a Lima en 1974, donde publiqué el plaquette Mario Santos, Poemas.

Es para esta década que das a conocer tus cuentos, con tu libro Los Madrugadores. ¿Que escritores marcaron tu cuentistica?

Con este primer libro, que reúne una serie de 10 cuentos retomé la temática social, influenciado por el mexicano Juan Rulfo; otro libro que marca mi ruta cuentística, fue Los hijos de Sánchez, del antropólogo Oscar Lewis, que abordar la historia popular mexicana; otro libro vital fue el Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, titulado Humillados y ofendidos, este me lo obsequió Pablo Antonio Cuadra.

En 1985, en Costa Rica diste a conocer tu primer libro de poemas Espejo verte. ¿Sentís que este libro marca tu personalidad poética?

Valora en gran medida la reflexión humana. Porque si bien, está conformado de poemas nuevos de los años ochenta, la mayoría se originan en mis años de adolescencia, de la nostalgia, del lance amoroso que vive en ellos.

Sobre este libro hay un poema Son los Muchachos, que algunos antologistas lo han calificado como muy representativo de los años de la revolución.

Es un sentimiento de identificación con los muchachos de esos años que lucharon en las montañas. Yo sentí mucho la muerte de Francisco (El Chele Moreno) que pereció en los combates con la guardia en Pancasán; él fue mi compañero de aula del Instituto Eliseo Picado, de Matagalpa.

El poeta José Coronel Urtecho dijo que este poema era emblemático; Ernesto Cardenal, lo señaló de gran interés en su época; al igual Ernesto Mejía Sánchez, un día que me encontró en el cafetín de La India me felicitó por su contemporaneidad y significado.

Pero también dedicaste otro poema a Leonel Rugama, que titulaste Espejo. ¿Porqué este homenaje?.

Este lo publiqué en Guatemala y se lo dediqué a él porque éramos amigos. Recuerdo que llegaba a mi departamento a las cinco de la mañana, que teníamos con mi hermano Francisco por el City Club, en la vieja Managua. Nos tiraba unas cuantas piedritas, y entraba un rato; otros días íbamos a comer carne asada al Gran Hotel. Por ejemplo en su famoso poema La Tierra es un satélite de la Luna, tengo algunos deditos metidos, así como en otros poemas; él era bien amplio con nosotros y compartíamos criterios poéticos.

También a Camilo Ortega le dediqué el poema El apóstol. Camilo era un muchacho que no tenía imagen de guerrillero. Un día se apareció con un garand y me asustó verlo, porque era muy místico. Él al igual que el poeta Rugama nos acompañaban a algunos sitios nocturnos y culturales.

He visto que sos un poeta viajero. Me interesa conocer un poco de tu experiencia con los poetas de América del Sur.

Conocí a varios escritores, en Lima, entre ellos a Mario y Álvaro Vargas Llosa, que me los presentó Víctor Escalante, patrocinador del plaquette, Mario Santos, Poemas; también tuve amistad con César Valverde. En este país di recitales y conferencias, al igual que en Bolivia donde conocí a Cerruti y a Cardona Peña, esta última me hospedó en su casa.

Además de tu trilogía de libros, tenés otras obras inéditas pendiente de publicar?

Tengo una obra de teatro en dos fases: El Monólogo y El Artista. El Monólogo trata de la aventura de un personaje que viaja constantemente y que se da cuenta que su familia se ha perdido. El eje temático retoma creativamente algunas ideas de la obra narrativa de Henry Miller, pero sin plaguiar su estilo.

También tengo una novela, La Mística. Esta es la historia de una familia con diversos caracteres, donde sobresale uno de sus personajes que logra destacarse, y se sobrepone exitosamente a la pobreza y miseria espiritual; el protagonista es un joven que tiene muchas experiencias. Él anda buscando vida por Centroamérica como una ilegal, hasta que logra conquistar su espacio.

Una última pregunta: ¿Te sentir más poeta, que narrador, o te consideras ambos?

Me siento más poeta. La poesía es la expresión constante de un espíritu en fuga, donde las letras vuelan y tenés que andar pescando para unirlas en un contexto. En el mercado de las angustias y alegrías todos son poetas; en la búsqueda humana todos somos poetas, porque la poesía es la constante renovación del hombre y de búsqueda interior. Por ello me siento Mario Santos, poeta.

La Prensa Literaria

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