- Haciendo Danza
Quince años después, el sueño de que las distancias entre las personas de distintos orígenes pueden ser borradas, se fue forjando, trabajando juntos para acercar el arte entre pueblos, acercando distintas sensibilidades, pero con un mismo objetivo, hacer que la danza pueda estar al alcance de las mayorías. Ya que no podemos trasladar pueblos enteros, organizamos a algunos de sus más dignos representantes, a sus artistas, para que los pueblos aprecien el resultado de su esfuerzo, para entregarnos a él y dar lo mejor de nosotros.
Este acontecimiento ha servido para encontrar, descubrir y compartir lo que estamos haciendo, en la búsqueda persistente de un lenguaje que nos identifique. Un lenguaje que buscamos entre artistas comprometidos, con una sensibilidad capaz de descubrir, entre otras cosas, que la danza sirve para crear lazos de hermandad. Luego del primer encuentro centroamericano, en 1995, vimos la necesidad de abrir nuestros escenarios más allá de nuestras fronteras y tomamos la decisión de incluir a otros países. Por ese entonces también descubrimos que las vicisitudes también son compartidas, condicionando duramente el desarrollo de nuestro arte, ante la incomprensión del orden establecido.
Cada año contamos con la participación de bailarines de Europa, América del Sur, Norte y Centroamérica, que nos cuentan sus experiencias, algunas de ellas similares a las nuestras y que también luchan porque la danza contemporánea ocupe un lugar en el desarrollo de las artes de sus respectivos países. Gracias a este trabajo en equipo, hemos conseguido, dentro de Nicaragua, compartir los trabajos escénicos de artistas reconocidos por la ca lidad de sus obras, así como también disfrutar de su puesta en escena, enriquecer nuestros conocimientos sobre lo que acontece en otras parte y provocar el sentido de la estética con nuevas propuestas, de bailarines de orígenes diversos que ensayando día a día durante años, nos presentan sus mejores trabajos.
Organizar este Festival es una labor gustosamente asumida por la Asociación Danza Contemporánea, con la esperanza de seguir contribuyendo al desarrollo cultural de nuestro país. Cada año hemos rendido homenaje a distintos artistas de la danza, desde Miss Lizzie Nelson de Bluefields, a fundadores de la Escuela de Danza, así como también a creadores e intérpretes de la danza contemporánea, pues consideramos importante el reconocimiento en vida de nuestros artistas y que lo artistas jóvenes conozcan su trabajo, como un precedente y una referencia que las futuras generaciones han de tener en cuenta para poder seguir aportando creatividad al acervo cultural de nuestros pueblos.
Desconocemos lo que pasará después de estos quince años, pero confiamos en que se sigan presentando nuevas propuestas. En tiempos difíciles, es más difícil imaginar lo que sucederá con los grupos independientes de danza contemporánea en nuestro país. Me gustaría imaginar que los artistas seguiremos siendo sensibles ante el hambre, la injusticia, la pobreza, realidades que nos ha tocado denunciar y esperamos que los jóvenes artistas abran sus ojos y se involucren en la lucha por cambiar esta situación.
Agradecemos a todas las compañías de danza que han participado en el festival y especialmente a las siguientes: Danza Contemporánea UNAN-Managua, dirigida por Ally Reyes, Teatro-Danza Desequilibrio a cargo de Ligia Luna, Compañía Arte y Danza bajo la dirección de Sandra Gámez, Ballet Concierto conducida por Elving Vanegas, Yaxall de León, orquestada por Sterling Vásquez y Danza Contemporánea de Cámara bajo mi dirección. También agradecemos a las escuelas: Espacio Abierto, Academia de la Danza, Escuela Nacional de Danza, Escuela Quetzatnahuatl y Studio Danza Ilusiones por ser parte del programa juvenil.
Hacer danza es nuestro compromiso, lo venimos haciendo desde 1980, y seguiremos inventando nuevas formas de realizar este quehacer, pues es nuestra vida, es lo que amamos.
Coordinadora Festival Internacional de Danza Contemporánea.