- Monseñor Miguel Mántica, Vicario Pastoral de la Arquidiócesis, afirma que hay mucho entusiasmo por la misión
Los obispos, sacerdotes y laicos de la Iglesia católica trabajan arduamente su proceso de Evangelización, una labor que se lleva a cabo con el mayor de los entusiasmos y que tiene como fin evangelizar a todos los nicaragüenses. Monseñor Miguel Mántica Cuadra, Vicario Pastoral de la Arquidiócesis de Managua, dijo a la sección de Religión y Fe, de LA PRENSA, que la Iglesia en estos momentos se encuentra dentro de un proceso de evangelización de adentro hacia afuera, el cual consiste en que obispos, sacerdotes y laicos de base se preparen espiritualmente para luego echar a andar todo un plan de evangelización a nivel nacional.
El religioso explicó que en estos momentos se está aplicando la primera etapa de evangelización, que consiste en la preparación de los obispos, sacerdotes y laicos de base, quienes son la cabeza principal dentro del proceso de evangelización.
“La Iglesia católica en estos momentos se encuentra en un proceso de evangelización de adentro hacia afuera, es decir, obispos y sacerdotes se preparan espiritualmente para llevar a cabo el proceso de evangelización, que está compuesto de cuatro etapas y que tiene como fin promover la misión permanente de evangelización en todo el país”, anunció el jerarca católico.
Mántica afirmó que dentro de esa primera etapa de evangelización también están involucrados religiosas, religiosos y laicos de “primera fila”, que están evangelizando dentro de los movimientos desde hace muchos años, pero que necesitan “asombrarse nuevamente en Cristo” para llevar a cabo con entusiasmo y fervor la misión.
“Estamos en la primera etapa de la misión, la que está dirigida no a la gente alejada, ni siquiera a la gente que está dentro de la Iglesia. Está dirigida a las fuerzas vivas, a los que están jalando la carreta; a los dirigentes, empezando por los obispos, por los sacerdotes, los laicos de base: estamos viviendo el año sacerdotal que tiene como objetivo que nosotros, los sacerdotes, tomemos conciencia de nuestra identidad como sacerdotes, de nuestra misión”, aseguró Mántica, también párroco de la parroquia San Martín de Porres, en Nueva Vida, Ciudad Sandino.
LA FORMACIÓN ES DETERMINANTE
A criterio de Mántica, independientemente de la larga preparación teológica que tienen los sacerdotes, éstos tienen que estar en constante formación, dado que los retos que encuentra la Iglesia, en sociedades opacadas por los antivalores, las modas y las tecnologías, son muchos y complejos, por lo que urge la preparación espiritual, pero inyectada con fervor y preparación bíblica.
“Qué difícil es para uno que cree que ya se la sabe toda, ponerse a la escucha de Cristo y de asombrarse nuevamente de descubrir esto como algo nuevo, para entusiasmarse y llenarse de fervor misionero y salir a predicar la palabra”, valoró.
SED DE LA PALABRA
Monseñor Miguel Mántica dio a conocer que la Iglesia y los laicos están unidos con verdadero entusiasmo para sumar esfuerzos y fortalecer la misión, aunque reconoció que existe mucha gente confundida religiosamente, por lo que una de las cuatro etapas consiste en fortalecer la fe de la feligresía y lograr un verdadero encuentro con Jesucristo.
“Compartir con Cristo es compartir su misión. Por tanto, nuestro objetivo, nuestra clave es que la gente pueda tener un encuentro con Cristo”, señaló.
Asimismo valoró: “Yo siento que la gente tiene sed de Dios y nuestras iglesias se nos están llenando: estamos viendo más personas venir, pero no es lo que nosotros estamos buscando, sino darnos cuenta que están muchas personas, pero, ¿cuántas más no están viniendo o cuántas más no están teniendo ese alimento de Cristo? Yo diría que sentimos en general un crecimiento y que vamos hacia algo muy positivo, pero no nos dormimos en nuestros laureles, estamos trabajando con mucho entusiasmo”, dijo el pastor católico.
PERIODISTAS Y POLíTICOS
Mántica explicó que dentro de los componentes de la misión está evangelizar a los periodistas y políticos, para que puedan vivir el cristianismo. También evangelizar a los matrimonios y las familias para llevarlos al encuentro con Cristo y de esa forma ir consolidando a la sociedad, haciendo conciencia que urge la evangelización con progresión.